Por Cira Arroyo Fuentes, 07/03/2022, 10:25pm
Oremos, fluyamos con Dios y actuemos porque si nos ponemos a pensar mucho lo que vamos a hacer, al final no hacemos nada.
No guardemos ni escondamos egoístamente lo que Dios nos da debajo de la almohada porque se llena de polilla y se pierde.
Compartamos de inmediato lo que Él nos da, ahora que tenemos vida para hacerlo porque no sabemos si mañana estaremos vivos.
No pensemos, sólo disfrutemos y seamos felices con lo que hemos luchado y que lo que piensen o murmuren los demás nos resbale.
Recordemos que debemos darle gracias a Dios por todo, sea mucho o poco lo que tengamos, que nos comamos, donde vayamos, lo que hagamos y tomarnos nuestro tiempo para disfrutarlo con quien o quienes estemos.
Seamos nosotros mismos, concentrémonos, en encontrarnos, descubrirnos y conocernos a nosotros mismos y a Dios primero, realicémonos con los nuestros y que no nos importe lo que piense la gente.
Veamos para dentro de nosotros porque muchos por andar sólo viendo para afuera lo que no les interesa y andar sólo criticando y levantándoles falsos a otros, nunca se encuentran a sí mismos, ni a Dios en ellos.
Sólo hacen y se comportan cono un espejo, reflejando lo que tradicional y rutinariamente ven que hacen y les sugieren los demás para que les queden bien a ellos, para su beneficio y en cualquier momento cuando menos se lo percatan, por dejarse llevar por otras personas y no por si mismos, ni por la luz de Dios en su interior, caen en garras de personas ambiciosas en el exterior.
De personas hipócritas y ambiciosas, que se han mantenido a través del tiempo cercanas a ellas por mero interés, para vigilarlas y ver en que momento pasan necesidad y flaquean para ser las primeras en enterarse de su situación y ver como se quedan con lo de ellas y lo pierden todo, hasta su vida.
Recordemos que en el mundo estamos rodeados de toda clase de personas.
De que así como hay personas buenas que apenas nos ven aprovechan el momento que pasan con nosotros y se desviven en hacernos bien y en atenciones para con nosotros y los demás; pero que también hay personas malas que no pierden ni un minuto de su tiempo para serrucharnos el piso, hacernos mal, dejarnos en mal ante todos y dejarnos sin nada.
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