Copyright © 23/08/2012 Cira Arroyo Fuentes
*LAS PERSONAS MAYORES DEBEN SER MÁS VALORADAS Y MOTIVADAS PARA QUE DEN MÁS DE SI, Y NO MARGINARLAS OBLIGÁNDOLAS A CAER EN ESTADOS DE DEPRESIÓN AL SENTIR COMO QUE YA NO SIRVEN PARA NADA EN ESTE MUNDO.
Es una lástima que las personas mayores sean marginadas sólo porque no tienen su piel tan rozagante como la tenían en la juventud porque lo que cuando chicos les sobraba de frescura les faltaba de sabiduría y ahora les sobra la sabiduría y les falta la frescura y agilidad de esos años.
Por esto es que se ven a tantas personas que sólo aprenden así como por un patrón de conducta a callar y otorgar, al no sentirse libres de expresar sus opiniones porque apenas intentan hacerlo, los más jóvenes los hacen sentir que ellos ya no sirven y que no saben nada; entonces resignadamente bajan la cabeza y comienzan a vivir una vida en un continuo y precavido silencio, haciendo sólo lo que si aceptan los jóvenes, que es tenerlos como empleados escondidos en las casas, alcahueteándolos al estarle sólo cuidando sus hijos, preparándole comidas, y en toda labor del hogar en las que les puedan sacar provecho, todo por un regalo de limosna que le dan algunos días del año para aparentar que son buenos hijos, cuando la realidad es que todas estas personas tienen que vestir hasta muy humildemente porque los más jóvenes, por andar gastando el dinero en cuánta tontería ven que inventa el mundo, con el cuento de que ellos necesitan gastar dinero en divertirse y disfrutar su juventud, se olvidan que las personas mayores también necesitan salir, distraerse, comer, y vestirse bien.
Las personas mayores al ser tratadas de esta manera van perdiendo cada vez más su autoestima y se van llenando de depresión y muchos se mueren antes de tiempo por causa de esto.
Todo esta manipulación que existe de parte de los jóvenes con los mayores sucede debido a que muchos van a pedir trabajo y aunque estén sanos y fuertes no se los dan por causa de haber sobrepasado la supuesta edad laboral.
El mundo debe hacer algo para incorporar más de lleno a las personas mayores, que se encuentran físicamente sanas y darles oportunidad de trabajar y ganar igual que cuando estaban jóvenes para que esa gran fuente de conocimiento no se desperdicie en estos años en los que aún pueden aportar muchísimo más al mundo.
En mi caso a mi no me afecta el darlo todo sin recibir nada porque gracias a Dios Él me ha ayudado a poder sobrevivir en este mundo ahora que poco antes de mis cincuenta años pude demostrar que mi problema en la columna por el cuál se me dificulta trabajar normalmente; pero a mi me da tristeza el ver a personas que por más que han luchado no han logrado demostrar que merecen tener pensión y tienen que seguir aunque sea arrastrándose por el piso trabajando, deteriorando su cuerpo cada vez más y aún viéndolos en ese estado no los ayudan, sólo porque no tienen suficiente conocimiento para defenderse.
El bajo nivel de cultura y de estudio es lo que mayormente los perjudica, y aunque su estado de salud sea más que evidente, si no tienen papeles que justifiquen su enfermedad, ni a nadie que les aconseje como deben ir documentándose para demostrar que de verdad no pueden trabajar no los pensionan ni los ayudan y punto por lo que tienen que ver como se la juegan para seguir viviendo.
Comento esto porque he conversado en el seguro, hospitales y en la calle y se ven sumamente sufridas de ver que no han podido lograr demostrar que verdaderamente urgen de ayuda, y al no hacerlo siguen sacrificándose con sangre, destrozando cada vez más su cuerpo, porque hasta que no los vean ya casi moribundos no reciben ninguna ayuda, y esto de verdad es un gran pecado de falta de humanidad.
Y lo que me causa más ironía es ver a muchos jóvenes y adultos que continuamente se están incapacitando, por cualquier dolencia que tienen, que a veces hasta que da risa de verlos porque a leguas se les ve que no tienen nada y sin embargo se la pasan esporádicamente disfrutando de mucho tiempo libre durante el año, en los que unos ve que se la pasan paseando de aquí para allá o ricamente disfrutando en sus hogares, gozando de su sueldo como si nada.
En esta vida hay tanta injusticia que a una se le para el pelo observar, pero bueno, son muchos los que se aprovechan de las relaciones que tienen con personas que les ayudan a hacer todos estos chanchullos para conseguir incapacitarse aún sin estar de verdad realmente enfermos.
Esta variedad de choriserismo y trampas por medio de argollas y de amistades que se prestan para estos actos de corrupción lo he venido viendo desde que era yo una chiquita, porque hay muchas personas que obtienen todo mucho más rápido que otros, por medio de las amistades que tienen con los dueños o los empleados de las diferentes compañías. Por eso es muy común ver a alguien que llegue de último y tarde a un lugar al que de pronto pasan de primero para atenderlo, aunque sea de manera muy disimulada por otra puerta, pasándole por encima a muchas personas que tienen hasta horas esperando para ser atendidos.
Cuando en vivo y a todo color he presenciado que a otras personas se les colan de esa manera, me da mucha cólera y hasta se me quiere salir el arroyo que llevo dentro, y más aún cuando me lo quieren hacer a mí, porque no tolero que hagan esos fraudes.
La verdad es que muchas cosas andan mal en Costa Rica porque la gente hace lo que le da la gana debido a las débiles leyes que existen que a veces hasta dan lástima, porque las personas cometen faltas graves y las dejan libres como si no hubiesen hecho nada, y por eso siguen haciendo toda la vida lo mismo y nunca cambian.
Y el supuesto favoritismo que por ley está estipulado en Costa Rica que beneficia a las mayores por ser los que supuestamente deben ser tratados como los ciudadanos de oro tampoco lo veo funcionar en todas partes como debiera de ser, porque muchas veces en los bancos me he puesto a hacer fila en largas colas y resulta que llego más rápido que muchas personas mayores que las tienen por mucho rato sentadas en unas sillas quisque especiales para ellos, pero aún así esperando demasiado tiempo para ser atendidos.
Como actualmente yo no tengo auto y viajo en buses a todas partes observo como los choferes muestran gran disgusto cuando se montan personas mayores y tienen que estar chequeando sus cédulas para ver si de verdad son ciudadanos de oro o no. Me causa gran indignación cuando no tienen sus documentos al día y aún viendo los choferes que son bien mayores, a veces hasta se pelean con ellos porque no traen los papeles en regla y los quieren obligar a que les paguen el pasaje o también en otras ocasiones son los viejitos los que salen todos disgustados porque no le devuelven su cédula a tiempo y como son tan mayores se bajan sin recuperar su identificación y cuando se van a montar de nuevo en el bus para regresarse del lugar a donde fueron o cuando van a salir de nuevo de sus casas no tienen el documento para identificarse con los choferes y por eso es que una ve tanta pelea y discusión de parte de ambos.
Como han podido leer, son muchas las penas que sufren las personas mayores, sólo por no gozar ahora de la juventud que un día tuvieron, porque la humanidad en general sólo se deja llevar por las apariencias de las personas, y no por lo que ellas intelectualmente puedan aportar a la sociedad independientemente de la edad que tengan.
Hasta ahora se le está brindando un poco más de apoyo a las personas de la tercera edad, que si no me equivoco comienza a los 60 años, pero mientras esa edad llega, hay un lapso de tiempo que dura como 20 años en que las personas ya aunque estén jóvenes todavía ya muchas empresas no les quieren dar trabajo y esto es un verdadero problema social.
Sólo espero a que las voces de todas estas personas sean escuchadas para que la sociedad aprenda a valorarlas y a verlas como individuos útiles que aún pueden dar mucho de sí, lo único es que deben darle trabajos de acuerdo a su capacidad física porque ya no son aquellos chiquillos de 15, pero pueden ponerlos a hacer labores de menor esfuerzo físico, porque muchos gozan de una gran capacidad intelectual, mejor aún que muchos que están en plena juventud.