Por Cira Arroyo Fuentes 28/09/2020 12:37 PM
Pasar por la vida sin dejar nuestra huella bien marcada con Cristo no tiene sentido.
Si sabemos o estamos seguros que Cristo gobierna nuestro corazón y todo nuestro ser, no hay que titubear mucho, sino disponernos a servirle cada día apenas nos levantamos.
Hay que tener valor y arriesgarse a lanzarse al mar, y no quedarse viéndolo desde la orilla, sólo observando como otros si se lanzaron al agua con Cristo o sin Él; pero se decidieron, se fueron y tuvieron valor de navegar lejos, muy distantes de su sitio de confort y nosotros no.
Hay que echarse al agua con valor, se haya aprendido antes a nadar o no porque tu instinto de supervivencia no va a permitir que te ahogues y algo harás o inventarás para salvarte, siempre y cuando no te acobardes porque si lo haces y te rindes, si puedes estar en peligro de morir en el intento; pero si en medio de la dificultad perseveras porque tu sabes que Dios está contigo y le oras, verás que Él te dará la salida.
Aplica el aprender a nadar como el estudiar o aprender algo nuevo, que es nadar por el mar de la vida o vivir.
Nunca te conformes o te cierres osólo con lo que has aprendido, sellando para siempre esa página de tu vida, sino que deja páginas abiertas, para reinventar tu vida y hacer o emprender cosas nuevas cuando sea necesario, y no te avergüenses de realizar a cualquier edad, estudios o trabajos diferentes al que siempre tuviste.
Sigue la corriente a la vida porque Dios pase lo que pase, siempre estará contigo, al reinventarte o en tus nuevos emprendimientos, y no nades contra corriente porque te cansarás y desfallecerás.
Avanza con humildad, perseverancia y reinvéntate con Dios en lo que amas hacer, y olvídate de lo que piense la gente, de si te valora o te da importancia o no porque lo que importa es que tú te valores, te sientas feliz, cómodo y en paz con lo que haces, y que resuelvas tu vida y las que dependen de ti, en el campo que necesites resolver porque Dios sabe antes de ti de que tienes necesidad y te suplirá según su voluntad.
Hay que decidirse a vivir activamente, a construir nuestro propio castillo, aunque sea imaginario; pero nuestro, y darlo a conocer exponiendo nuestro sentir para que cobre vida, aceptando toda clase de críticas que siempre van a existir, sean constructivas que nos motivan o destructivas que nos desmotivan; atesorando lo bueno y desechando lo malo; pero no parar y seguir adelante construyendo o reconstruyendo con Dios y no sólo quedarnos como estáticos por temor, sólo viendo los castillos u obras que construyeron o están construyendo los demás.
Arriesgarse a que nos vean y nos llamen sabios, o a que nos vean y nos llamen ignorates.
A que nos vean y nos llamen cuerdos e inteligentes, o a que nos vean y nos llamen locos y tontos.
A que nos digan que somos unos interesados que no damos nada de gratis, o a que nos digan que somos unos tontos que todo lo regalamos.
No debemos permitir que nada de eso que puede o no ocurrir, ni que nada ni nadie nos corte las alas que Dios nos puso para volar desde que nacimos, para ser y hacer lo que queremos o soñamos.
Debemos y tenemos que desnudar nuestro ser haciendo y compartiendo lo que más nos gusta, ahora que estamos vivos, sea que veamos dinero o no en y con lo que hacemos porque lo que Dios nos manda a hacer que es una meta, un sueño, un deseo, impulso o como quieran llamarle, que lo sentimos tan vivo, como un llamado de parte de Él a nosotros, lo tenemos que hacer para darle vida, y nada ni nadie nos lo puede impedir.
Cada quien lucha por su prioridad o lo que más ama; pero por encima de todo lo que más queramos y amemos hacer o tener, debemos anteponer EL PROPÓSITO DE DIOS PARA NUESTRA VIDA, y cumplirlo porque al hacerlo ya ganamos las principales riquezas que no provienen de este mundo, sino de Dios porque Él nos dio los dones y talentos para que los compartamos y no para guardarlos y esconderlos debajo de la almohada, y ponernos a llorar por ser unos cobardes, que por temor al que dirá de la gente, no nos atrevemos a darlos a conocer, o porque somos unos ambiciosos, que si no vemos dinero o algún bien material valioso de por medio, preferimos esconder o que se pudrá lo que Dios o El Ser Supremo, La Naturaleza o como le llamen nos ha mandado hacer con nuestros dones y talentos, que muchos por egoísmo, no quieren compartirlos de gratis.
¡CUIDADO PORQUE DE NUESTROS DONES Y TALENTOS TENEMOS QUE DAR CUENTA A DIOS CUANDO ÉL NOS LLAME A SU PRESENCIA.
NO LE TENGAMOS MIEDO O TEMOR AL MUNDO SINO A DIOS, Y LEVANTÉMONOS CADA DÍA CIN EL VALIR QUE ÉL NOS DA Y LLEVÉMONOS CON EL PODER DE CRISTO A TODO OBSTÁCULO O LIMITACIÓN QUE QUIERA PONERNOS EL DIABLO SEA EN NUESTRA MENTE O POR MEDIO DE PERSONAS QUE ÉL MALVADAMENTE USA PARA BUSCAR IMPEDIRNOS SER.
RECUERDA QUE SÓLO VIVOS PODEMOS HACER, COMPARTIR Y REALIZAR CUALQUIER CAMBIO PARA QUE ESTÉ DE ACUERDO CON LO QUE DIOS NOS DA, QUE DEBEMOS TENER MUCHO CUIDADO Y MEDITAR BIEN QUE LO QUE HACEMOS, ESTÉ DE ACUERDO CON SU VOLUNTAD Y QUE MUERTOS YA NADA PODEMOS HACER, NI NADA PODEMOS CAMBIAR.