Por Cira Arroyo Fuentes 29/08/2020 11:13 PM
La persona que no aprende con Dios a valorarse a si misma y que para poder hacerlo depende del valor que le den otras personas, se acostumbra a sentir y pensar,que sólo si da siempre lo mejor de ella a otros, recibirá a cambio su valor y su aprobación, y se exclaviza porque depende de los demás para valorarse, aprobarse y ser una persona segura y feliz.
Alguien así peligra caer en manos de personas manipuladoras y aprovechadas, que al conocer su dependencia, buscarán que haga y de cada vez más, haciéndole creer que entre más les de más vale ante sus ojos.
Esto hace que esa persona dependiente sufra al llegar el momento en que ve que ya no puede dar más, sea porque su estado de salud se ha debilitado o por causa de la edad, y empiece a ver que ya no le dan importancia, ni la valoran ni aprueban como lo hacían antes, y que la van ignorando cada vez más, hasta que se llega el momento que cuando ya no les sirve se marchan y la dejan sola.
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