Muchas personas, entre más viejas, son más inmaduras y, en lugar de haber crecido para estar preparadas para ese momento final de rendición de cuentas al Creador, se creen maduras en su propia opinión. Muchas pierden el temor a Dios y se desvían a vivir una vida libre y aventurera para llenar su mundo de placer, a la libre y sin compromisos.
Muchas otras hasta salen del clóset por buscar experimentar más lo prohibido en una edad en la que supuestamente ya deberían ser personas con identidad, estables, seguras y con el carácter y valor de Dios; en otras palabras, ser ejemplo de una persona anciana a seguir. Pero no, todo lo hacen al revés porque en lugar de crecer, por el contrario, decrecen, por temor de avanzar a vivencias que requieren compromiso con la naturaleza, el mundo y Dios.
Muchas, teniendo raciocinio, actúan sin conciencia y, aunque es feo comparar especies creadas por Dios, pierden todo sentido de compromiso y responsabilidad, teniendo un mejor comportamiento natural los animales que no tienen raciocinio que ellas, que sí lo tienen. Pero por rebeldía lo botan a la basura para hacer a la libre lo que les da la gana y les causa más libre placer.
Muchas por cobardía se casan con el estado de flirtear, de atrapar presas fáciles y dejar ir las que se les dificultan o les piden compromiso, y se estancan en su niño inmaduro interior y huyen de toda persona que los quiera hacer madurar; simplemente la dejan pasar y buscan a otra con la que puedan mantenerse en su estado de inmadurez, de irresponsabilidad y sin compromisos de nada. Pero lo que pasa es que nunca van a estar listos para estar correctamente preparados para el llamamiento final porque nunca se permitieron madurar, se conformaron con quedarse estancados o congelados en algún complejo sin resolver que tuvieron en el pasado o en una situación no resuelta de su vida y, para no sobrepasarla o por no solucionarla, se conformaron con seguir así, viviendo aventureramente con quien se les ponga por el frente fácil, que no le pida compromiso y que viva fácilmente así como viven ellas a la libre sin compromisos de nada, olvidando completamente que existe un Dios que tienen que darle cuentas.
En resumen, estas personas son individuos que se estancan y paralizan emocional y espiritualmente. Prefieren quedarse en un estado de comodidad y placer superficial, eligiendo consistentemente "lo fácil" (aventuras promiscuas sin compromiso, flirteo, inmadurez) aunque pierdan personas de valor a su paso por la vida.
Se quedan con alguien que les permita todo "a la libre", aunque esa relación no valga nada a corto o largo plazo, siempre y cuando les satisfaga libremente sus deseos sexuales y sus más bajos placeres. Desechan "lo difícil" (que son personas de valor y con autoestima que solo pueden tener con compromiso, responsabilidad y madurez), con las que sí hubieran podido —o pueden— alcanzar una vida de preparación viviendo conforme a la voluntad de nuestro Creador para la rendición de cuentas final a Él.


