miércoles, 20 de abril de 2022

Cuidemos nuestra conciencia

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Por © Cira Arroyo Fuentes 20/4/22 10:25 AM

     Cuando se hace algo malo o se le hace daño a alguien la mayor mortificación a través del tiempo la da la conciencia, que por más dormida que esté cegada por la maldad, en algún momento por dolor o amor propio despierta y hace pagar a la persona con mortificación mental y espiritual que a su vez se va manifestando en problemas físicos.

No hay peor castigo que el que da la conciencia porque esta alcanza a la persona que ha hecho mal dondequiera que esté, aunque se esconda en el lugar más lejano y escondido del mundo. 

Todos esos golpes y puñaladas a traición que una persona le dio a otras por ambición, venganza o mera maldad, que les causó grandes penas y necesidades, en algún momento se las cobra con creces su conciencia porque le hicieron daño adrede o se aventajaron sobre personas que en paz les estaban ayudando o brindándoles su amistad, a quienes ellos fríamente por envidia, ambición o maldad le mordieron la mano, en otras palabras, le mordieron la mano a quienes con confianza les abrió la puerta de su vida para darles trabajo, brindarles ayuda, darles de comer y darles su amistad.

Esta situación o casos así, los vemos en nuestro diario vivir continuamente porque las mañas o estrategias malignas del Diablo son las mismas en todo tiempo: Usando personas que llegan como empleadas y sólo están viendo como traicionan a los dueños o jefes o averigüan su vida para encontrarles puntos débiles de los cuales se puedan aprovechar para quedarse con lo de ellos, o personas que se acercan como amigas para saber todo sobre otras personas que les interesa para traicionarlas después.

Nadie sabe más de nosotros que Dios, nosotros mismos y nuestra conciencia, por eso, si queremos vivir en paz, nunca debemos aventajarnos ni hacerle mal a nadie porque todo el mal que hagamos es a nosotros mismos a quien lo hacemos porque nuestra conciencia jamás nos dejará en paz.

Seamos personas libres con Dios y honestas. Cuando vayamos a comprar algo que sea un bien libre, que no cause sufrimiento ni necesidad a nadie.

Esta actitud la debemos tener también en el amor, que nos fijemos en personas libres para que no le hagamos daño a nadie porque la conciencia también nos reclama si no actuamos así.

La conciencia hay que cuidarla como a un tesoro porque esta nos da paz o mortificación de por vida según nuestra manera de vivir.


 

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