lunes, 31 de agosto de 2020

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sábado, 29 de agosto de 2020

Quien se valora evita ser exclavo de los demás

Por Cira Arroyo Fuentes   29/08/2020   11:13 PM

La persona que no aprende con Dios a valorarse a si misma y que para poder hacerlo depende del valor que le den otras personas, se acostumbra a sentir y pensar,que sólo si da siempre lo mejor de ella a otros, recibirá a cambio su valor y su aprobación, y se exclaviza porque depende de los demás para valorarse, aprobarse y ser una persona segura y feliz.

Alguien así peligra caer en manos de personas manipuladoras y aprovechadas, que al conocer su dependencia, buscarán que haga y de cada vez más, haciéndole creer que entre más les de más vale ante sus ojos.

Esto hace que esa persona dependiente sufra al llegar el momento en que ve que ya no puede dar más, sea porque su estado de salud se ha debilitado o por causa de la edad, y empiece a ver que ya no le dan importancia, ni la valoran ni aprueban como lo hacían antes, y que la van ignorando cada vez más, hasta que se llega el momento que cuando ya no les sirve se marchan y la dejan sola.


Mi mundo personal con Dios merece toda mi dedicación

Por Cira Arroyo Fuentes   29/08/2020   2:39 PM


Mi mundo personal con Dios, es lo único que tengo y siento dentro de mí, que merece toda mi atención, dedicación y concentración.


Es único e incomparable, con vivencias motivadoras e inspiradoras, en las que veo el amor y la paz de Dios por mí en todo, por eso vea lo que vea, y oiga lo que oiga en el exterior, yo me siento tranquila y feliz porque mi estado de ánimo no depende de lo exterior que me rodea, sino de Dios, de mí, y de nadie más.


Es mi mundo seguro, en donde me siento libre e independiente, donde camino con Dios a mi propio paso y no al paso de los demás y no permito que nada ni nadie me quiera hacer correr a su velocidad ni transformarme a su manera, ni que me robe mi paz, mi alegría ni el amor de Dios, que es lo único que tengo y lo único que me llevaré cuando me marche de este mundo, ni que pretendan cambiar mi mundo a la manera de ellos porque entonces si me perdería completamente y no sabría ni donde estoy parada y sin Dios, toda corriente del mundo me arrastraría porque sin Cristo no soy nada.