Muchas personas no se dan cuenta aún de la importancia que tiene un gobierno demócrata para un país y que por ende tiene nuestro voto.
Con nuestro voto bien pensado e informado, en la medida de nuestras posibilidades, nosotros tenemos el poder de cambiar el rumbo de una nación, sea para hundirla o para sacarla a flote para que siga adelante.
Nosotros no estamos capacitados para gobernar; pero a quién elegimos sí, y cada uno está preparado para su oficio o labor.
Votar bien por una persona honesta, que crea , ame y respete a Dios, a los demás y a sí mismo es una gran responsabilidad y es descansar a la vez porque sabemos que votamos poniendo toda nuestra mente y nuestro corazón en ello.
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