miércoles, 6 de abril de 2022

El materialismo es enfermizo



Por © Cira Arroyo Fuentes   21/03/2016.  11:52 p.m.

     Qué lástima que el materialismo este consumiendo al mundo robándole la naturaleza de su ser, el verdadero amor, la felicidad, la paz, la genuinidad, la sincera hermandad, la salud, la humildad, su escencia natural, su conciencia, su moral, su vergüenza y su fé en el Dios Verdadero escudándose bajo dioses llenos de Idolatría y haciendo que gran parte de la humanidad,  conviertan al materialismo en su dios, llenando a las personas que se enferman con él, cada vez más de vanidad, inconciencia, interés e hipocresía, que se denota a leguas porque los que sólo buscan atesorar o acumular cada vez más tierras, bienes, joyas y poder, se creen superiores a los demás y no lo pueden ni siquiera disimular, ya que su orgullo y su falsedad es muy evidente y por más que lo disimulen o quieran ocultarlo, su hipocresía se les sale aunque no quieran.

Estas personas pedantes siempre se la pasan compitiendo con sus similares en posición social y apartan, desprecian y buscan humillar a las personas humildes por exaltarse ellas y hay que  conocerlas muy bien y estudiarlas porque siempre que se acercan a las demás, en especial a las personas humildes, es para ver que obtienen de ellas, y tienen que hacer un gran esfuerzo bajando su orgullo y fingir humildad, para así conseguir camaradería con ellas o que le den su atención o ganar su confianza para que estas personas perciban que son afines a ellas y para lograr obtener ó conseguir  lo que quieren de momento de ellas, les hacen promesas a posteriori, que por supuesto nunca cumplen.

Estas personas son enfermas de orgullo y de poder, así como dominantes, matonas, voceronas, caprichosas, insistentes y territoriales, o sea le demarcan el territorio a los demás que ven que quieren lo mismo que ellas de una persona y cuando no pueden obtener lo que quieren por las buenas (al pedazo de pastel que se han encaprichado por tener), buscan obtenerlo con mañas, a traición, o de pleno se tornan violentas y por venganza son capaces de todo.

Las personas orgullosas y las humildes son como el agua y el aceite, muy difícil de mezclar porque cada una desde muy pequeña es motivada por diferentes creencias, diferentes intereses, diferentes metas y diferentes propósitos según la entidad espiritual a la que sirvan porque  las personas que están enfermas de orgullo y materialismo, a conciencia o aún sin darse cuenta le han hecho su dios y a conciencia o no se han llenado de idolatría y por ende le sirven a esta; pero los humildes son desapegados de la vanidad, del materialismo y viven una vida simple, sí; pero una Vida con Propósito para servirle sólo al Dios Verdadero. 

En conclusión, a aquello que te arraigues o apegues en el mundo a eso perteneces y a eso le sirves. Si te arraigaste y apegaste a Dios y le sirves por gracia a Él, le perteneces a Él; pero si te arraigaste al mundo, a su materialismo y riquezas y le sirves al mundo, a él perteneces.


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