Por © Cira Arroyo Fuentes, 25/4/2022, 1:30 PM
A muchos costarricenses y personas en general la tormenta y la corriente se los lleva para donde quieren porque no están bien firmes y bien parados sobre la roca que es Cristo.
Sólo estas personas con Cristo bien sembrado en su corazón y todo ser, con el favor y la unción de Dios, bien instruidas o de verdad capacitadas para los puestos que desempeñen, son las capaces de hacerle un bajonazo a la corrupción y poner a cada quien en su lugar con el apoyo de Dios y de un gobierno justo.
En Costa Rica hace muchos años que se viene construyendo una telaraña controlada por mafiosos, en la que sólo pegan a la telaraña ó participan personas corruptas estén o no capacitadas para sus puestos.
Es una argolla en la que sólo entran los que tienen el favor o alguna relación con políticos y burócratas corruptos (sean familiares, esposos, parejas, amistades, amantes, novios, etc), el resto del pueblo que no se apunta a la corrupción por más preparado que estuviera quedaba excluido.
Costa Rica está en un caos de desorganización ó descontrol debido a esta máfia sin preparación que la ha venido gobernando.
Una desorganización total a conveniencia de los gobiernos corruptos con una mafiosa organización, que se hace evidente en entidades del gobierno, bancos, clínicas CCSS, universidades, etc, en donde el ciudadano común que no es argolla tiene que meter su currículum y esperar mucho para conseguir becas y trabajo sea en lo que estudió o en lo que salga, hacer filas horas de horas, mientras es testigo callado y aguantado de ver como le dan trabajo y pasan de primero a cuanto ciudadano de la argolla se presente a la entidad.
Este trato tan preferencial para unos que además de tener corruptamente salarios altísimos, también les ahorra tiempo, salud y dinero porque con sólo mover un dedo las entidades se lo resuelven todo, sin tener que estar presencialmente, o asisten a la entidad con la facilidad de una cita inmediata vs el trato canalla que recibe el ciudadano común que es sumamente inhumano porque estos, tras de tener salarios bajos, tienen que perder horas, todo un día y hasta días para resolver sus asuntos y los de los suyos, por causa de tantas filas y espera que tiene que hacer en toda entidad que van.
Es un trato ingrato el que se le da al ciudadano común porque pierde mucho tiempo, salud y dinero, y en casos peores hasta su trabajo debido a que no puede faltar por mucho tiempo porque inhumanamente lo despiden sin importarles lo que le pase al trabajador y a su familia.
Es inconcebible que muchas personas lo piensen una y mil veces, y que tengan que postergar el resolver sus asuntos personales y de familia importantes por este trato tan injusto que saben van a recibir tanto de las entidades como también de sus patronos porque a los jefes se les olvida que para un ciudadano común hacer sus asuntos o diligencias le requiere invertir mucho tiempo.
Es inaudito ver llegar a todas estas personas a las entidades como desesperadas, pidiéndole a Dios que a alguien con sencibilidad humanitaria de la fila se le conmueva el corazón y les deje pasar de primero para tener chance de resolver varias cosas en muy poco tiempo, y que a su vez esa persona que las deja pasar le pida dentro de sí a Dios porque se arriesga a que le hagan pleito o le reclamen la gente atrás en la fila por dejar pasar a una persona que le urgía, y es triste ver como muchas de estas personas que tienen que ir a trabajar, después de haber estado mucho rato en la fila y tener que ver como testigo callado y aguantado al igual que todas las personas en la fila, el como injusta y corruptamente, los empleados de la entidad, pasan de primeros a todos los preferidos corruptos o de la argolla que llegan, ó que estén de vagos cuando se les antoja, sin que exista allí nadie que ponga orden en la entidad porque está dominada por la mafia política y burócrata del país, y que ellos impotentemente se tengan que ir de nuevo para su trabajo sin poder hacer ni resolver nada porque se les terminó el tiempo de permiso que su jefe les dio para regresar y tienen que correr para llegar a su trabajo para que no las despidan.
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