Por © Cira Arroyo Fuentes 21/01/2018 12:28 p.m.
Una mujer independiente con Dios tiene propósito: Es fuerte, segura y libre con Él; sabe lo quiere, dónde buscarlo y esperar por ello.
Una mujer que prefiere tener una vida propia, aunque sea humilde, darse las flores a si misma, estar sola e independiente y ser digna, conservando sus valores morales y espirituales, con una sana alegría; y no por el contrario, buscar ser dependiente en un ambiente lleno de gente idólatra, hipócrita, viciosa y corrupta con la que no se siente bien.
Es una mujer sincera, que dice lo que siente, gusta de ser tratada por igual, se cuida de la gente que no dice lo que siente, que es agazapada y calculadora porque sabe que no hablan lo que piensan debido a que pueden andar con pensamientos ocultos que no quieren sacar a la luz o hacerlos evidentes porque no les conviene, ya que pueden ser artimañas que en su interior planean.
De estas personas se cuida porque sabe que en cualquier momento le pueden meter una puñalada a traición por la espalda.
Es una mujer que no cree de inmediato a todos los pajaritos que le pintan en el aire, ni dice SÍ a todo, para no llevar la contraria a nada ni a nadie, por no perder amistades y quedar como buena gente, sino que, por el contrario y con mucha sabiduría y valentía, sabe amarrarse muy bien las enaguas para decir NO cuando tiene que hacerlo, aunque todos la critiquen, se burlen y se confabulen contra ella y la dejen sola.
Es una mujer íntegra, que ha madurado con la ayuda de Dios, que si acepta el amor de un hombre es porque lo quiere y desea compartir su vida con él, no porque lo necesita ni depende de él para nada; que bien puede ser la misma mujer independiente con él o sin él.
Es una mujer que lucha por causas justas y equitativas, no es una débil de carácter que por quedarle bien a los demás pierde su identidad y su moral, menguando sin poner obstáculo alguno para ser como los demás quieren que sea o se comporte, o como más les gusta a las otras personas.
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