He decidido reencontrarme y
retarme a mi misma para darle más importancia a la vida real que a la virtual,
buscar la paz que sólo la puedo hallar en el silencio, en donde en meditación
escucho la voz de Dios, pero para lograr esto, tengo que huir el mayor tiempo
posible de lo que quiera implantarme el mundo por medio de la vida virtual y la
tecnología porque quiero hacer uso de ella sólo cuando realmente la necesito.
No puedo permitir que la vida virtual global en la que
masivamente se cola el aturdimiento, materialismo y fantasioso mundo dirigido por el mal, ni que el
espíritu ni la fuerza terrenal que gobierna todo acto impuro y corrupto tanto
virtual como terrenal puedan jamás regir ni robarme mi vida que ya tiene el
gobierno único y sabio de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
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