Por Cira Arroyo Fuentes, 805/09/2021, 11:01 pm
No permitamos que nada ni nadie nos amargue la vida porque por qué morirnos en vida mientras otros, que nos hicieron daño, que nos usaron y jugaron con nosotros se dan la gran vida.
No podemos vivir una vida miserable, transformándonos en un monstruo o bully viviente, que se venga de lo que una persona le hizo haciéndole daño a otra u otras personas que no tienen la culpa de nuestro estado.
La llave de nuestra vida y nuestra felicidad es sólo nuestra, no tenemos por qué entregársela a nadie ni nada del pasado o del presente en el exterior para que se exhiba, se jacte, se burle y juegue con nosotros a como se le antoje.
La persona que no tiene control de sus emociones con Dios, y delega el control de sí misma a otros está perdida porque se convierte en una persona amargada, frustrada, que se vara o paraliza en el tiempo sin hacer nada, dejándose llevar por la tristeza o la depresión mientras los otros que la afectaron negativamente siguen creciendo, viviendo, disfrutando y haciendo su vida.
Hay que aprender sanamente con Dios a desapegarse, olvidar lo que no sirve, cerrar página y pasar a otra nueva dándole gracias a Dios por haber apartado de nosotros a esas personas que sólo llegaron a nuestra vida a robar nuestra energía, dejarlas atrás y seguir adelante, y entre más pronto lo hagamos mejor, para que las consecuencias sean menores.
No hay mal que por bien no venga y cuando una puerta se cierra es porque otra extraordinariamente mejor se nos va a abrir, sólo hay que darle tiempo al tiempo ... porque la vida sigue ... y debemos positivamente esperar con fe un mañana mejor o mejor dicho, ... un presente mejor con personas que si nos merezcan y nos valoren.
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