¿A quien le ha pasado que anda solo en la calle haciendo diligencias, se siente mal, indefenso y no puede ni caminar?
A mí me pasó, y le doy gracias a Dios porque me puso a dos señoras que fueron dos ángeles para mí, me ayudaron a caminar y cruzar la calle, me llamaron un taxi y esperaron allí cuidándome hasta que el taxi llegara.
El taxista que me llevó se portó super amable al igual que él me trajo de regreso a la parada de buses de La Guácima.
Qué bendición que hayan personas tan buenas porque me aparecieron por todas partes.
Fue como si Dios me andubiera cuidando en todo lado porque me puso ángeles que me ayudaron dondequiera que lo necesité.
Dios es bueno, el cuida de mí y de todos.
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