Quien no se valora a si mismo, tampoco aprende nunca a valorar ni a cuidar a quien Dios le pone por delante.
Tampoco su mente, su corazón y su cuerpo nunca están listos y vacíos para tomar a alguien en serio; por eso su vida sólo transcurre dejándose llevar por la corriente, o al mejor postor, sin tomar a ningunavpersona en serio ni tener ningún compromiso con nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario