Estudiar es una bendición de Dios y atrae riquezas espirituales y materiales para la persona que lo usa con sabiduría para hacer el bien y esto es lo que Dios quiere, que todos nos preparemos para que hagamos y busquemos el bien o lo mejor para nosotros mismos, los demás, y su creación.
Dios quiere que estudiemos para que le sirvamos a Él y que vivamos con humildad en armonía, paz y amor con todos.
Es una pena que muchas personas desde que estudian lo hacen con malas intenciones, para servir a la corrupcíon o al mal y ser como una bomba de tiempo vengativa, aplastante, llena de poder, orgullo, rencor y odio, por sentirse más que otros, por mera ambición o para hacer maldad, por tener una arma con que molestar, amedrentar, asustar, esclavizar, privar de libertad, robar, acosar o hacer bullying a los demás para burlarse de quienes le caen mal, humillarles, dañarles, vengarse, etc; atrae pobreza y maldición espiritual para la persona que usa su estudio y sus títulos para hacer mal.
En conclusión, el estudio es una arma de doble filo que depende del corazón y los sentimientos que tenga la persona que adquiera el conocimiento porque unas usan su profesión para hacer el bien y otras para hacer el mal.
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