Madre sólo hay una

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Por © Cira Arroyo Fuentes, 11/05/2020

     Madre sólo hay una y es la que por amor a sus hijos se atreve a enseñarlos y corregirlos con sinceridad a cualquier edad aunque por ponerles disciplina les caiga mal a algunos hijos y le llamen mala madre.

Es la que por amor a sus hijos les enseña a amar y respetar a Dios como Su Padre Espiritual y a Su Ley, Su Verdad o palabra escrita en La Santa Biblia como su Guía de Vida a seguir.

Es la que se arriesga con sinceridad a enfrentar su rebeldía por abrirle con Dios sus ojos para que vean lo que ellos no quieren ver, decirles lo que ellos no quieren oír, que hagan lo que por vagancia no quieren hacer, que aprendan lo que no quieren aprender y que respeten la ley y La Voluntad de Dios cuando no lo quieren hacer.

Es la que tiene que enseñarlos a volar con valentía e independencia cuando no lo quieren hacer, aunque tenga que oír constantemente que le llamen mala madre, por no ser una alcahueta ni hacerle ni darle todo a sus hijos.

Es la que busca que ellos se esfuercen para que  aprendan todo, que luchen en todo momento y sean independientes; pero lastimosamente cuando hay hijos que no la valoran, que lo que ella hace nunca es suficiente ni les queda bien, que siempre andan buscándole el punto negro para criticarla, compararla y degradarla, sólo es una mala madre.

Lo hacen porque ella con la autoridad que Dios le ha dado como madre, no les permite que se subleven sobre ella ni le falten el respeto; por eso algunos hijos por su rebeldía le cogen odio, rencor, o desamor y falta de perdón que tienen hacia ella por no querer aceptar que les discipline, lo que les llena de un enfermizo orgullo, y nunca le dan su lugar.

Y ni por más que ella se esmere, algunos hijos nunca la aceptan tal como es, y se pasan toda la vida buscando madres para sustituirla, y de esto se aprovechan muchas, que quieren ganarse hijos que no son suyos, aunque para conseguirlo tengan que hablar mal de la verdadera madre que ni siquiera conocen.

Luego los hijos al sentirsen solos, se refugian en madres postizas o se hacen de amistades, que si no saben escogerlas les echan a perder, al inmiscuirles en vicios y malas costumbres.

Algunos hijos para los que siempre cuando pequeños o en la adolescencia su madre siempre fue para ellos una mala madre, sólo la valoran  cuando ya han crecido y ven que pueden salir adelante y vivir con independencia gracias a sus enseñanzas.

Es por esto que todos los hijos deben siempre valorar y comprender a la madre cuando está viva, y si los hijos tienen que ser humildes y arrepentirse de algo y pedirle perdón, que lo hagan mientras esté viva, para que no se pongan con sentimentalismos ni arrepentimientos después cuando ya no la tengan que ya es muy tarde.