Creéle sólo a Dios y cierra todos tus sentidos a las voces del mundo negativo que siempre anda buscándole defectos o el punto negro a todo.
Huye especialmente de los muchos que dicen llamarse cristianos, pero que irónicamente en el fondo no lo son, que son los que más piedras de tropiezo te atraviezan para impedirte ser, por creerse los únicos perfectos, que buscan con su enfermo ego que todo se haga a su manera, no a la de los demás ni a la de Dios que si es quien nos anima a ser con libertad y humildad aceptando nuestras imperfecciones.
Huye de las personas falsas que si no ven dinero de por medio no hacen ni dan nada, porque en lo único que piensan o maquinan siempre es en hacer dinero, hacer negocio y nunca tienen tranquilidad ni disfrutan sus momentos libres por andar estresados pensando siempre en lo material.
Levanta tu cabeza con Dios y créetela porque en Cristo eres lo que Él en La Biblia te dice que sos y jamás creas en lo que te dice el envidioso mundo, que está lleno de personas que no pican leña ni prestan el hacha, es decir, que no hacen nada ni dejan hacer y que sólo buscan atravezar piedras o ponerle el zapato encima a los demás para aplastarlos.
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