Por Cira Arroyo Fuentes, 15/10/2017
Los vivos muy calladitos, con cara de "Yo no fui", discimulados, calculadores y corruptos, viven de los tontos y se piensan que nadie les ve ni se da cuenta de lo que hacen, ni de las maquinaciones que en lo oculto, descaradamente en argolla a la vista de todos, confabulados con otros planean; pero se les olvida que Dios les ve y que siempre hay alguien que les ve también a quien por más cara de santos que pongan ante los demás hay a quienes por más que actúen para discimular no les pueden engañar.
En fin, son lobos agazapados, traicioneros que gustan de vivir de los demás a los que es mejor andarles bien de lejos y hay que abrir bien los ojos para cuidarse de ellos porque están por todas partes: En los centros de estudio, en el trabajo, en organizaciones, grupos, iglesias, familias, etc.
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