Muchas decisiones buenas se han tomado para el cuidado del medio ambiente; pero si no se ponen en práctica, su descuido va de mal a peor y todo se resúme en una mera hablada y show off nada más, es decir, en una gran payasada de unos por sobresalir y luego todo queda olvidado y enterrado.
Hoy día vemos fiestas y eventos en donde el plástico brilla por su presencia. En los supermercados han querido implantar el uso de bolsas de tela a los que ya yo me estaba acostumbrando porque tengo un montón; pero resulta que por los clientes perezozos e incómodos que se quejan y hasta amenazan con demandar, las volvieron a dar de gratis y siguen brillando las bolsas plásticas con su dañina presencia.
Cuando se establece una ley o una disciplina para mejorar algo por el bien de todos, y no se cumple por pereza, negligencia o temor a gente orgullosamente matona y en lugar de hacer adelantos, se retrocede, lo que se demuestra es falta de carácter, disciplina y orden.
Cuando las situaciones se dan de esta errónea manera, la sociedad en lugar de adelantar retrocede porque por más que se construyan bellezas, si la gente no se educa y aprende a cuidarlas y mantenerlas, con el pasar del tiempo destruyen y ponen feo todo.
Asimismo sucede con el cuidado del medio ambiente, si no se mantienen firmes con leyes, en ideas y decisiones que toman para cuidarlo, mantenerlo y mejorarlo, sólo caminan para atrás como el cangrejo, destruyendo todo lo que con gran esfuerzo han construido y los adelantos que han logrado.