Si la gente de malas costumbres está haciendo hoy día libremente y con gran rebeldía lo que se le da la gana con su cuerpo y con su vida a la manera del mundo sin permitir que nadie se les interponga, ¿por qué nosotros los cristianos no hacemos lo mismo?; pero con el carácter de Dios, la libertad y la guía de Cristo, que es muy diferente.
Es terrible ver el engaño de valor, libertad y belleza falsa que el mundo le está ofreciendo a todos mediante el uso de alcohol y drogas, que los desinhibe y los conduce a a ver como bueno, bonito y perfecto lo que no lo es y a ver a lo malo como que es bueno atreviéndose a rayarse y agujerearse sus cuerpos engañados por el maligno para que vean esas prácticas en sus cuerpos como bonitas, cosa que en realidad son horribles porque manchan y destruyen sus cuerpos para siempre.
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