© #ciraarroyofuentes 14/11/2019 01:37 p.m.
Cuando sientas que ya no puedes más, relájate, porque la vida con o sin ti continúa, y no ganas nada con estresarte porque tu corazón y todo tu cuerpo te pasa la factura.
Has un alto para meditar que te está robando la paz, y si de verdad lo que estás haciendo es indispensable o no para tu vida.
Examina si son exigencias que tu mismo te has impuesto, o te las están causando o imponiendo otras personas, y pon en la balanza que te impulsa a ti o a las otras personas a hacer eso: si el amor o el orgullo.
Medita si de verdad vale la pena que pongas en riesgo tu salud por realizar esos proyectos, y si estos van a darte más libertad, o por el contrario, van a encarcelarte y dañar tu vida.
No corras tan de prisa al ritmo del mundo y sus exigencias, sino camina a tu propio paso, pero con paso firme procurando que las obras o proyectos que haces no demanden de ti más de lo que sanamente puedes dar en todo tiempo.
Recuerda que tu cuerpo cambia según tu edad y debes llevar un ritmo de vida que esté de acuerdo a ella.
No pretendas empezar una obra en la que física y mentalmente ya no estás en capacidad de llevar a cabo, obligándote a hacer lo que ya no puedes.
No permitas que la vanidad con sus fiestas y aventuras pasajeras que muchos inventan y el materialismo del mundo, que está arrastrando a muchos, se cole en tu vida, y si los tuyos le abren la puerta y se dejan usar como marionetas, no te dejes usar tú, ni bailes al son que los otros te ponen a bailar, con tal de saciarse en sus ambiciosos caprichos, que son mayormente momentáneos o de corto plazo, pero que requieren de mucho tiempo, o de hasta años de trabajo duro para realizarlos,
Hay proyectos que en realidad no son básicos ni importantes, sino sólo vanidad, que desequilibran y desgastan tu físico, tu mente y tu bolsillo, y después que pasan, te das cuenta de que por más que te esmeraste y estresaste por hacer todo de maravilla, a nadie se le quedó bien y tu proyecto en lugar de saciarles causó gran alboroto y dio que hablar, pero no lo bueno, sino de lo malo como siempre porque a la gente que está acostumbrada a tener todo de gratis, nunca se le queda bien y siempre busca le busco el punto negro a todo, y los chismes negativos que hacen circular después de esas actividades o eventos, son los que perduran a través del tiempo.
No pretendas correr contra el tiempo, trabajando hasta el cansancio para dejarles a otros por adelantado las muchas obras que has soñado e inventado, porque quizás los sueños de ellos son totalmente diferentes y no van a valorar para nada todo lo que tú has creado, sea porque no les gusta o porque quieren crear sus propias obras o sueños, muy diferentes a lo que tú has realizado, y que si van de a acuerdo a sus dones y talentos.
Recuerda que para otros lo que les heredamos no los impulsa sino que los carga, porque si no les gusta nunca lo van a valorar y por el contrario sólo les será de cadena o estorbo.
Bien cierto es el dicho "Deja a cada obra su propio afán", que es muy particular o diferente en cada persona, que es con Dios un mundo aparte, con diferentes sueños y metas.
Relájate, vive tu vida de manera simple y delega o deja que los demás luchen y vivan la suya, y que se esfuerce cada uno por lo suyo.
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