© Por Cira Arroyo Fuentes 11/01/2018 03:16 p.m.
Los hijos mayores de edad si sus padres les permiten seguir viviendo bajo su techo, pero les piden que colaboren con los oficios y gastos de la casa, pegan brincos y saltos amenazando de inmediato con irse de la casa, alegando que no van a gastar ni un centavo de su dinero para disque alcahuetear a los padres, según ellos, pero no les importa irse a alquilar y gastar muchísimo más dinero en renta, gastos básicos de electricidad, agua, teléfono, cable, Internet, etc, haciendo ricos a otras personas particulares que no son arte ni parte de ellos.
Y es el colmo que cuando ya se han ido e independizado al fin, pero les va mal porque por su mala cabeza no supieron pensar y tienen problemas económicos porque el dinero que ganan no les alcanza, quieren de nuevo volver a vivir con sus padres y pretenden sólo venir a arrecostarse completamente a ellos para no tener que gastar y sólo ahorrar, pero no ayudar absolutamente en nada de labores del hogar ni con dinero tampoco.
Alcahuetas son aquellos padres que los aceptan en base a las condiciones que ellos les ponen y no a las que con autoridad de padres ellos les establecen.
Dónde se ha visto que los hijos sean quienes condicionen a sus padres, y que vengan a imponerse para que se sujeten a las reglas y autoridad de ellos, porque son los padres y dueños de su casa los que deben poner las reglas, condiciones y autoridad a sus hijos, si es que estos quieren que sus padres les ayuden y les permitan vivir con ellos nuevamente.
Si los padres aconsejaron siempre bien a sus hijos para que salieran de su casa con una sana independencia, y luego sus hijos por su mala cabeza y no seguir los consejos de Dios ni de sus padres después de que ya se fueron de la casa y volaron quieren regresarse, los padres no tienen por qué sentirse obligados a recibirlos de nuevo.
Si ven que por más que ellos han luchado en el orden de prioridad que ellos les enseñaron para resolver sus problemas, están pasando necesidades y de manos de ellos está el voluntariamente ayudarles por un tiempo, mientras sobrepasan ese periodo de crisis sea de salud o económica, pueden dejar que regresen, pero bajo sus reglas, no las de sus hijos, poniéndole límites para que se esfuercen y se superen lo más pronto posible, dejándoles bien claro que no pueden pretender quedarse a vivir por siempre con ellos sino que tienen que continuar su propio vuelo lo más pronto posible.
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