Por Cira Arroyo Fuentes 12/01/2019 01:59 p.m.
Cada persona es un mundo único e individual que reconoce en sus momentos de debilidad que sola no puede vivir su vida y es aquí cuando en libre albedrío, busca un poder superior a ella que la guíe y ayude y lo encuentra en su interior, un poder que quizás al principio le asusta, porque es la voz suave que le habla en el silencio, en su mente y corazón, pero que después poco a poco la va reconociendo al estar en contacto con otras personas que han tenido la misma experiencia de búsqueda que ella.
Si toda persona desde que empieza a tener uso de razón ó a muy corta edad es segura y aprende a reconocer que ella es un mundo propio, individual, único y diferente entre el mundo, y que a su alrededor hay muchas personas con su mundo también se da cuenta que tiene y debe de crecer a su propio paso, buscando hacer mejor su mundo cada día, no para impresionar o buscar ser aprobada por nadie, sino para sentirse bien con ella misma y con ese ser interior que lleva dentro, llámenle conciencia o Dios.
Cuando la persona tiene y mantiene esta postura no tiene por que obligarse a parecerse o ser igual que los demás para ser aceptada, ni hacer lo que los demás le digan o quieran obligarle a hacer que va en contra de lo que la voz de su conciencia le manda hacer.
Aquí es cuando a muy corta edad se da cuenta de que sola no podrá sobrevivir y es cuando por sí misma decide buscar una fuerza superior a ella que la ayude y la guíe a sobrevivir ó sobrellevar su vida y encuentra a Dios en su interior.
Si toda persona tuviera la seguridad de que Dios la ama tal como es, nunca caería en el grave peligro de esforzarse hasta lo último por cambiar ó buscar ser otra persona ni estar haciendo una y otra cosa para impresionar a Dios, a los demás y a sí misma, porque es precisamente esta inseguridad de si Dios, los demás y ella misma se ama así tal como es o no, la que la pone en peligro de caer en manos de personas manipuladoras, con el problema de que cada una quiere hacerla igual que ella o a su manera.
Es allí de donde le viene la confusión, al no haber tenido la seguridad de reconocerse y valorarse a sí misma con la opinión de Dios y la suya, no de todas las diferentes personas que tiene a su alrededor, porque cada una es mundo distinto al de ella y según el estilo de vida que llevan, cada uno la va cambiando un poco a su gusto hasta que esa persona al final se pierde por completo y ya no sabe ni quien es, que es lo que le está pasando a muchos al estar continuamente sometiéndose al fogueo del mundo, tratando de quedarle bien a todos y eso es imposible, y lo único que consigue es perder su identidad con Dios y ya no saber ni que ni quién es.
No hay comentarios:
Publicar un comentario