Siempre veo por todas partes que piden bendiciones y protección para todos los que salen a trabajar a cambio de un salario fuera de casa; pero dejan olvidados a los que se quedan trabajando en casa sin sueldo.
En el hogar todos los miembros de la familia son importantes, sea que trabajen fuera del hogar, como que trabajen dentro de este y la bendición de Dios la tiene tanto quién trabaja por un sueldo como quién trabaja por amor y sin salario.
No sólo la bendición sino la protección también para quienes se quedan trabajando sin sueldo en la casa porque estas personas se quedan haciendo todas las labores domésticas, cocinar, limpiar, planchar, haciendo compras y cuánta diligencia hay que hacer en el hogar.
Cuidando a los niños, personas mayores y a los enfermos e incapacitados de la familia o de la casa, ...y muy importante...NO TIENEN SUELDO Y LO HACEN POR MERO AMOR.
Cuando llegan los que andan trabajando afuera de casa les tienen todo listo; pero lo más irónico y criticable, es que muchas de estas personas que trabajan fuera humillan y tratan de vagos y mantenidos a quienes se quedan realizando las labores y diligencias del hogar y se les olvida que la ropa que se ponen la encuentran lavada, arreglada, planchada y ordenada gracias a quienes se quedaron en casa, y la despensa está llena y ordenada, así como la comida preparada y servida gracias a l@s caser@s, y la casa limpia y ordenada gracias a ell@s también.
Por eso en el hogar nadie puede creerse más ni menos que nadie porque todos dependen unos de otros y todos son iguales.
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