Por Cira Arroyo Fuentes 22/02/2021, 11:02 p.m.
Hoy día ser espontáneo, sincero, justo y decir la verdad, es un pasaporte para que lo miren a uno como un bicho raro y lo tachen de loco porque estamos viviendo en un mundo materialista lleno de mentira, hipocresía, corrupción, y desenfreno, que a lo bueno lo ve como malo y a lo malo como bueno.
Un mundo donde las personas enfermizamente ambiciosas, calculadoras, calladas y agazapadas se la pasan maquinando o estudiando a quienes le rodean, especialmente a los más cercanos, para ver quien se debilita o se cae para ser ellas las primeras en darse cuenta de las situaciones difíciles que pasa o pasan la/s persona/s que tienen en la mira y meterle una puñalada a traición por la espalda, si no se les presenta pronto la oportunidad de quedarse con lo de ellos de frente, para aprovecharsen de ella/s.
Un mundo en el que "al camarón que se duerme se lo lleva la corriente", en el que constantemente se siente uno como vigilado y acosado, en el que hay que estar alerta con Cristo, y pedirle a Dios que nos cuide con su sabiduría y cobertura porque vienen y van sancadillas que el mal muy astutamente nos pone para enredarnos y hacernos caer, que son trampas que hay que esquivar y escapar con Cristo de ellas porque el Diablo anda como león rugiente usando a personas sin pudor para sus malos propósitos.
Personas que por querer aparentar ante la sociedad lo que no son y no saber pensar ni manejar bien sus recursos, lo han dispafarrado todo y han caído en un estado de desesperación al verse casi sin nada o en la ruina, y por no querer enfrentar la quiebra en que están, no les importa hundir o devorar a otras, hacerles mal y quitarles todo lo que tienen a como sea, haciendo a escondidas cuánto acto ilegal pueden, confabulándose hasta con abogados corruptos para lograr sus malos y ambiciosos propósitos.
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