© Cira Arroyo Fuentes 26/05/2019 11:10 a.m.
Otra vez me volvió a decir una persona, sin pedirle su opinión, que si me cortara el cabello mi vida sería diferente y me señaló a otra persona para que me cambiara el look y que me lo cortara igual que ella.
Hace dos días me salieron otras diciéndome lo mismo, sin pedirles opinión tampoco, y utilizando la misma táctica de comparación, que es muy frecuentemente usada por las personas que gustan elevarse haciendo sentir mal a otras, en otras palabras, personas que se les sale hasta por los poros y no pueden ni disimular que son unas envidiosas.
No me asusta este trato porque es muy frecuente cuando uso mi cabello suelto porque recibo miradas de bendición de quienes aman el cabello largo y palabras muy motivadoras; así como miradas, gestos y palabras que matan, pero a estas últimas no las recibo y las echo fuera con el poder de Cristo, las ignoro y sigo adelante con mi amado cabello.
El irrespeto de las personas envidiosas hacia las personas a quienes envidian, que no se les puede ni tener una cercanía para hablarles o pedirles un favor es inaceptable porque se toman de inmediato la libertad de querer cambiar a su manera o a la de otras, la forma de ser o el look de alguien.
Este comportamiento es muy usual en este tiempo en que todos se dejan llevar por el interés y andan viendo como le sacan dinero a otros directamente o llevarle clientes a amistades para ganar dinero indirectamente por recomendación.
Es irónico tomarse esa libertad de querer gobernar a otro, porque cada quien es libre de ser y vestirse como quiera, a su gusto y no al gusto de los demás, y al único que debe respetar es a Dios.
Es notable el comportamiento de todas las personas que quieren cambiar el look y forma de ser o de comportarse a otras porque si a quien buscan cambiar no pueden hacerlo, de inmediato se van a formar un complot con otras para entre todas ponerse de acuerdo para el ataque en masa y si ni aún así les funciona la táctica manipuladora y envidiosa, lo que hacen es apartar a la persona como despreciándola para que se sienta mal y sienta que no es recibida en su grupo, o sea, si no logran hacerla como ellas la apartan, sucia artimaña que usa el Diablo, que se oculta en todo y en todos, hasta en los centros educativos y las iglesias, para atacar a las personas y robarles su identidad, su legitimidad o su original personalidad.
Mi cabello largo es atacado constantemente y yo lo defiendo porque a mi me gusta y es una bendición que Dios me ha dado, y quien tiene el poder para dármelo y quitármelo es sólo Dios.
Esa frase tan usada por los manipuladores, ... SI HICIERAS ESTO O AQUELLO, O FUERAS DIFERENTE TODO SERÍA PARA TI DISTINTO O TENDRÍAS UN TRATO DIFERENTE, es la que es más frecuente en esta clase de personas y me la han dicho personas que me critican no sólo a mi cabello, sino a toda mi persona y no me aceptan sólo porque me hice cristiana, y ya no sigo sus creencias, sus tradiciones ni sus modas.
Y esta misma frase la volví a escuchar ayer, lo que me hace estar vigilante en el terreno que estoy pisando, seguir manteniendo mi originalidad y poner o depositar más aún mi confianza en Dios y no en las personas.
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