miércoles, 8 de mayo de 2019

Me impongo con Cristo

© Cira Arroyo Fuentes   08/05/2019   09:57 p.m.

     Nadie tiene derecho de venir a decirme que tengo que llevar la vida que ellos llevan, para hacerme a su manera.

Nadie tiene ni el derecho ni la autoridad de dominarme, porque soy un ser individual creado por Dios con vida propia.

Nadie puede decirme que hacer con mi vida, que estudiar, en que trabajar, ni como ser ni comportarme.

Nadie puede decirme qué comprar, cómo vestir, qué hablar, dónde ir, con quien andar, ni cuando ni como hacer las cosas.

Nadie, nadie, nadie, ... porque sólo mi persona y Dios me basta para guiarme.

Me impongo con Dios porque soy libre, ... recuerdo eso siempre, ... y no tengo por qué ser ni comportarme como los demás.

Soy libre de elegir con la guía del Espíritu de Dios que es o no correcto para mi vida, dónde estar y dónde no, de expresar mi sentir, le guste o no a la gente, porque es mi vida, mis deseos y mis sueños los que están en juego y sólo yo puedo darles vida constantemente porque son muy míos, en fin, todo mi ser toma vida en ellos cuando los culmino para dejar bien marcadas mis propias y legítimas huellas, que son distintas de las de otras personas.

Aprendo a discernir y estudiar a las personas manipuladoras y no me dejo, me impongo ante ellas con carácter y seguridad, lo hago y veo que seden y se van porque saben que conmigo no les funcionan sus tácticas manipuladoras y mundanas para convertirme en su presa o conejillo de indias al que hacen y manejan a su antojo.

No les funcionan sus críticas y todo lo que hacen para hacerme sentir mal, disminuirme y bajar mi auto estima, y al ver que sus mal intencionados ataques fracasan porque no los recibo, se hacen los disimulados, aunque traguen grueso, pero yo sé que en el fondo se dan por vencidos, bajan la cabeza agazapadamente y se van, porque sienten que todo el veneno que intentaron lanzarme se les devuelve y más aún si lo hicieron en público y ven que los demás observaron lo que hicieron para dañarme y no les funcionó.

Vivo mi libertad con Cristo, dejo que se me salga hasta por los poros, que todo mi ser irradie la luz del Espíritu Santo que vive en mí, aunque me pongan cuánta piedra de tropiezo puedan para no dejarme ser.

Persisto y persevero en irradiar su luz y lo hago para que quienes procuran dominarme o hacerme daño se den cuenta de inmediato de que estoy hecha, que vivo y me impongo con mi mundo con Él y con la libertad que Él me ha dado, que proviene del Reino de Dios, que no es de este mundo, y no estoy más sujeta a la manipuladora cárcel del mundo, que está dominada por el estilo de vida cambiante y lleno de idolatría y libertinaje corrupto, con que El Príncipe de las Tinieblas tiene sujetas o encadenadas a todas las personas que aún no conocen La Libertad Sana del Dios Verdadero, que no es de este mundo.

Me impongo con Cristo porque quiero gritarle al mundo entero quien es mi dueño, mi guía y a quien obedezco y sirvo, no para manipular a nadie, sino para que su poder se vea manifestado en mí, así como es manifestado en todos aquellos que al igual que yo le seguimos y servimos con la cabeza en alto exaltando su Gloria, su Poder y su Nombre, que es sobre todo nombre.


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