Por Cira Arroyo Fuentes, 31/08/2021, 05:10 pm
Hay tantas personas que son buenas por naturaleza, que en su posición de consejeros y emisores hacen uso de historias, cuentos, anécdotas y experiencias vividas por ellos mismos u otras personas para demostrar que después de todo eso vivido ya encontraron el camino, el propósito y el significado de la vida o de su vida en particular y se enredan entre obras pensamientos y palabras que se les vienen y se les van, yendo para adelante y para atrás continuamente al hablar y actuar, repitiendo con frecuencia lo que antes ya han dicho o hecho por no quedarse callados, llenar espacio de tiempo y convencer a sus receptores que son conocedores del tema o la verdad, cuando están muy lejos de eso.
En resúmen, merecen ser vistos y escuchados como todos; pero no creídos porque al analizarlos con Cristo nos damos cuenta que por orgullo, rebeldía o dejarse llevar sólo por sí mismos y por otros; pero no por Dios, se han enredado en muchos caminos, aprendiendo por sí mismos o de muchas fuentes o personas particulares del mundo, cuyo conocimiento, después de tanta complicación que se han hecho en la vida y tanto tiempo invertido en investigaciones particulares, al final desemboca en lo que ya La Biblia tiene escrito con toda la sabiduría o conocimiento de Dios, al que ellos no quieren ni creer ni reconocer.