© Cira Arroyo Fuentes
23/05/2019 07:57 p.m.
La culpa de que el hombre rico crezca más y se haga más rico y con más poder cada vez, la tiene el hombre pobre, por dejarse apantallar por los inventos innecesarios y sin sentido que hace el rico, con campañas manipuladoras lava cerebros, por cuanto medio de comunicación puede, con panfletos y anuncios en diferentes medios de comunicación, para atraer a muchos en masa, como si fueran moscas u hormigas para sacarle todo el dinero que puede.
Mientras el pobre trabaja, el rico se la pasa aprwsuradamente agendando eventos bien planeados para fechas especiales, días feriados, épocas de fiesta, de fin de semana y hasta diarios, para no permitirles a los demás ni calentar el dinero en sus manos, y menos ahorrarlo porque lo quiere todo pronto en sus bolsillos y la gente es tan tonta que cae redondita en su trampa.
Conciertos, bailes, cenas, conferencias, reuniones, cafés, concursos, bingos, lotería, tiempos, ferias, partidos, gimnacios, zumba, clases privadas de cuanto se les ocurre inventar, etc, y todo esto hace a los ricos más ricos, y a los pobres no los deja crecer y los hace cada vez más pobres por no saber pensar y no tener una mentalidad de ahorro.
Las monstruosas empresas que hoy tienen dominado al mundo, no estuvieran subidas en ese pedestal, si la gente fuera más inteligente, más ahorrativa y no cayera tan fácil en las trampas publicitarias que les ponen los ricos.
Lastimosamente la gente no tiene carácter, está como adormecida, como si fuera un monigote sin personalidad y los ricos la ponen a bailar al son que se les antoja en la moda, los eventos sociales, restaurantes, cruceros, viajes, etc y cuando se les presenta una emergencia sólo acuden al crédito para endeudarse más de lo que ya están, arriesgándose por su mala cabeza, hasta a perder sus propiedades, casa o los bienes que tienen.
Es totalmenre irónico, que las personas con más bajos recursos, aún viendo como está de peligrosa la situación económica del país, siguen como "camarones dormidos a los que se lleva la corriente" y muy, pero muy, "dormidos en sus laureles".
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