Expresar nuestro sentir nos da salud y podemos hacerlo mediante lo que más nos guste hacer.
Reprimirlo es como ponerle un tapón a una bomba de tiempo que en cualquier momento puede estallar.
Debemos hablar, reír, llorar, gritar y tener libertad de ser cuando tengamos deseos de hacerlo.
Las personas que reprimen sus sentimientos mediante vicios, medicamentos o calmantes y no sacan esas energías negativas que tienen dentro, se arriesgan a padecer grandes problemas de salud.
Saber decir no o si cuando hemos de hacerlo es vital porque no hay nada más incómodo que estar en lugares o con personas ó hacer cosas en las que no nos sentimos bien.
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