Una persona valiente, madura y segura de sí misma, es aquella capaz de reconocer que se equivocó cuando tiene que hacerlo y capaz de decir, huy, eso dolió; pero de eso también me levanto.
Es una persona que tiene la firme seguridad de que si por debilidad se cae, si con humildad se arrepiente de todo corazón de lo que hizo, siempre tiene al frente la mano de Dios extendida para sacarlo del hoyo en que se metió.
Es una persona que aún sabiendo que tiene la razón no se expone ante personas problemáticas porque sabe que para ser escuchada por ellas, tiene que levantar la voz y hasta gritar porque cuando les habla o les dice algo que esas personas por orgullo, altanería o matonada no quieren oír, se hacen los locos para evadir el tener que reconocer su error, bajar la cabeza y tener que retroceder de lo malo o incorrecto que están haciendo y cambiar la dirección del camino que llevan, que es algo que ante ella no harán, sólo si son forzadas por una autoridad competente.
Estas personas provocadoras, que siempre están tirando la piedra y escondiendo la mano, ignoran o no escuchan nunca a quienes provocan porque siempre se la pasan buscando como acomodarse con lo de ellos o lo de los demás, para ver hasta dónde aguantan o hacer algo que aún sabiendo que es contra la ley, matonadamente lo hacen para molestar y provocar.
No nos engañemos en pensar que alguien es seguro y con carácter sólo porque le veamos siempre con una postura perfecta, rígida, e impenetrable porque las apariencias engañan y en muchas ocasiones sólo son personas que se ocultan tras esa investidura para no mostrar su verdadera personalidad y según lo que les pasé, pueden tener comportamientos sorprendentes e impredecibles porque como una bomba de tiempo pueden explotar.
Nunca sabemos que hay detrás de un caparazón porque toda persona es una caja de sorpresas y ni nosotros mismos sabemos como podemos reaccionar ante situaciones difíciles que se nos presenten en la vida, por eso es mejor "llevarla suave", como decimos los ticos, y no ponerle mucha mente a los asuntos muy complicados o con los que tenemos que tratar con gente muy conflictiva que es tramposa; pero agazapada para tratar de resolverlos solos ó por nosotros mismos porque en nuestro esfuerzo por comunicarles nuestro sentir o el problema que se nos está presentando por causa de ellos, de lo cual evaden o no quieren escuchar, nos podemos llevar cóleras que alteran y afectan nuestra salud, por eso es mejor delegar la solución de estos conflictos a personas capacitadas para que lo resuelvan según la ley.
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