lunes, 24 de enero de 2022

La plenitud y mejor compañía sólo nos la da Dios

Por Cira Arroyo Fuentes, 24/01/2022, 3:00 pm

     Nadie está solo si tiene a Cristo, si se siente pleno, acompañado, amado y motivado por Él porque simplemente con su ayuda y discernimiento, se da cuenta de qué está rodeado, y que de estar con personas que no le motivan ni son sinceras y no le aman con un amor de verdad genuino y desinteresado, es preferible automotivarse y llenarse con Dios y afrontar con valentía la soledad porque sólo así es que puede darse cuenta o descubrir que aunque no tenga a nadie a su alrededor tiene a Dios y que estando con Él nunca está solo y que no le hace falta que hayan o no personas que le llenen y se llenen con su presencia porque ellas sólo son un complemento que viene por añadidura y que realmente no necesita porque ya sabe que es una persona que ya está plena y llena con Dios. 

Nuestro corazón y todo nuestro ser siente y no puede ser engañado, y sabe o conoce quién o quiénes están con nosotros por interés ó porque les gusta nuestra compañía y se sienten alegres y en paz al tenernos cerca y por quienes tenemos la química del mismo sentir.

Dios nos da carácter, seguridad, personalidad y postura ante la vida. Nos nutre, nos da luz, fluidez y llenura a su lado que nos basta para vivir y sentirnos plenos y felices para que no tengamos necesidad de mendigar la presencia de nada ni de nadie, ni depender de ningún sentir en viceversa a lo que damos para sentirnos bien porque simplemente el darnos con Dios nos es suficiente.

Es muy bueno hacer un alto en el camino de nuestra vida para desacostumbrarnos a los demás y enfrentar con desapego la soledad y la realidad, para poner nuestros pies muy bien puestos sobre la tierra y darnos cuenta de que quemar nuestras energías hasta el punto del sacrificio y el cansancio sólo por los demás o que tener y depender de la aprobación de las personas en todo lo que hacemos para ganar u obtener méritos de estas, sabiendo que no son sinceras o que no nos aprecian, por querer o buscar quedarle bien o hacerlas felices sin pensar en nosotros y en lo que realmente sentimos al hacer esto, es matarse sólo porque hay mucha gente en el mundo que sólo nos da importancia y nos valora momentáneamente por interés y no nos valora ni valorará nunca de verdad ni con estabilidad a través del tiempo si no existe un brillo en nosotros mayor que nuestro propio brillo, que nos haga brillar o que haga brillar con luz propia a lo que hemos hecho por y para siempre sin ayuda de nadie sino sólo De Dios y que todo lo que hagamos o hacemos es un regalo de Dios que personalmente nos da a nosotros para que seamos los primeros en satisfacernos, llenarnos, darnos flores y hacernos felices a nosotros mismos con todo lo que Él nos da.

De nada nos vale pasar toda nuestra vida sacrificándonos por hacer felices a otros si  nosotros no nos sentimos plenos, llenos, felices y vivimos en paz con nosotros mismos y con lo que hacemos.

Si lo que hacemos no nos nace y fluye con voluntad, positivismo, entusiasmo y amor por Dios, por los demás y por nosotros mismos de nada nos vale hacerlo porque el ser y hacer debe complacer primeramente a Dios y a nosotros mismos para que tripartitamente sea de momento o a través del tiempo, poco a poco haga un hueco y deje huella en los demás también, para que todos en algún momento estemos de acuerdo, contentos, en paz y que Dios nos llene de plenitud a todos para que nada nos falte.

Debemos sentir que hemos hecho un trabajo o una obra verdaderamente completa, sin olvidar nunca que para poder trasmitir todo lo bueno primero debemos automotivarnos y cargarnos de positivismo con Dios para sentirnos plenos nosotros primero y así poder trasmitir nuestro sentir y nuestra plenitud a otros y poder recibir la cosecha como un autoreflejo de lo que sembramos porque lo que damos y como lo damos tarde o temprano lo recibimos y la respuesta sólo la tiene Dios en su tiempo y no en el de nosotros por eso debemos ser felices y sentirnos completos únicamente con sólo ser y hacer con Dios porque lo demás con el transcurso del tiempo y en el momento de Dios nos vendrá por añadidura.

En resúmen, nadie puede ser feliz si no hace todo como para Dios y se dedica tiempo con la ayuda, motivación y amor sincero y genuino de Él para autoestimarse, amarse, cuidarse, chinearse, darse importancia, llenarse, satisfacerse, y darse paz y alegría a sí mismo primero.

Uno sólo con Dios y recibiendo de Él, forma en independencia el mejor y mayor equipo de reflexión, automotivación, seguridad y formación de carácter, viviendo y madurando con paciencia y libertad a nuestro propio paso, sin necesidad de recibir nada de nadie, ni depender de tener a otros alrededor para lograrlo porque de no estar con buena y positiva compañía es mejor estar sin nadie ó como bien dicen estos viejos y conocidos dichos, " Es mejor estar sólo que mal acompañado",  "Es mejor bailar o danzar a nuestro propio son, que al son que los demás nos quieren hacer bailar o danzar, y por último es mejor vivir la vida con Dios a nuestro propio paso que vivirla al paso de los demás.


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