miércoles, 26 de enero de 2022

Somos como nos acostumbramos a vivir por elección propia o por dejarnos llevar por el mundo


Por©Cira Arroyo Fuentes, 26/01/2022, 9:01 am

     Somos como nos acostumbramos a vivir con valentía por elección propia, ó por el contrario, somos como cobardemente nos dejamos acostumbrar o manipular por los demás o el mundo.

En el mundo hay muchos lugares en donde podemos estar alejados, en un completo reláx, viviendo una vida estable, tranquila y en paz;  pero a las grandes y pequeñas empresas, así como a los vendedores no les conviene que vivamos así, sino motivarnos a vivir en lugares en donde se mueva la economía, siendo para ellos mejor el que vivamos en casas pequeñas, y si son rentadas mejor, en donde no tengamos espacio ni podamos crear ni sembrar nada, para bombardearnos con anuncios de comercios en nuestro celular, computadora, TV y cuánto medio de comunicación existe, para que por fuerza nos obstinemos de estar en casa e inducirnos constantemente a salir a buscar otro ambiente más amplio, en el que nos gastemos el dinero que tenemos en lugares llenos de comercios o negocios consumistas y materialistas con multitudes de gente, de contaminación de ruido, smog, químicos, alimentos basura, etc, que son los que nos están matando porque nos mantienen llenos de estrés, nos sofocan, manipulan o motivan a salir a comprar cosas que ni estamos necesitando o a comer y beber en muchos casos comidas y bebidas insanas.. 

Este estilo consumista de vida que el mundo nos crea, que en especial sucede en las grandes ciudades, donde su gente sólo busca pensar ellos por nosotros, para que atendamos sólo las ideas, inventos, productos y servicios que ellos venden, y que gastemos sólo en eso.

No quieren que meditemos con luz propia, en ahorrar, ni que para lograrlo necesitamos escapar de todo este consumismo en que nos tienen sumergidos, que aumenta con la construcción de nuevos negocios cerca de nuestra casa, que activan la economía rural, pero de la cual sólo queremos escapar y buscar hacer en casa algo nuevo y de provecho con nuestro tiempo, dones y talentos para distraernos, pensar, meditar, sentirnos bien, disfrutar y ahorrar, creándonos y ampliando con la ayuda de Dios espacios en nuestro hogar con un ambiente seguro, ameno, tranquilo, confortable y lleno de paz para no tener que salir sin necesidad y vivir alejados de esos ambientes ruidosos y consumistas para que no nos afecten porque sólo así podremos soportar vivir en cercanía a un ambiente que ha cambiado y ya no es tan tranquilo como antes, para mantenernos fuertes con Dios allí, ó reunir dinero para comprar y vivir en un lugar más grande, apartado, sano, tranquilo y silencioso, si es que vivimos en una casa o apartamento extremamente pequeño en donde no hay ni un patio, jardín o una área verde con plantas o árboles para salir a respirar aire puro ó una construcción tan pequeña que nos sentimos como que nos ahogamos si no salimos a distraernos. 

Si vivimos así tan incómodos lo mejor es ahorrar para que podamos en algún momento comprar en otro lugar para tenwr más comodidad y así estar solos en comunión con Dios y la naturaleza para meditar y poder escuchar su voz sin tanto bullicio porque las construcciones con el ambiente de las ciudades va creciendo y expandiéndose acercándose a lugares que antes eran más tranquilos; pero ahora no tanto.

No debemos permitirnos el acostumbrarnos ó que el mundo nos acostumbre a estos lugares ruidosos llenos de multitudes y consumismo que cada vez nos crean más cerca de nuestra casa, que sólo nos motivan a salir a comprar con ruidosos megáfonos, con imágenes llamativas, música estridente, comidas, productos y ambientes que te insitan a gastarte hasta el último centavo que tienes en el bolsillo o a endeudarte hasta el copete con tarjetas de crédito por dejarte llevar por necesidades que los vendedores inventan, que en realidad no tenemos; pero que ellos con su labia te hacen creer que las tienes para sacarte dinero.

También no debemos olvidar, que la lista de gastos innecesarios nos las aumentan no sólo los vendedores que tienen edificaciones físicas cercanas, sino también los que nos bombardean en dondequiera que estemos mediante el celular, con anuncios de ventas de productos, servicios, y viajes de aventura con los que nos bombardean en redes sociales, Messenger, Whatssap, etc, que si los compramos por impulso sin necesitarlos de verdad nos pueden llevar a la quiebra, a endeudarnos, a perder todo lo que tenemos y hasta nuestra paz y libertad como ya la han perdido muchos, y peor aún perder la salud, y hasta la vida por comprar por el impulso del bombardeo publicitario, comidas y productos insanos

El mundo del consumismo y el materialismo sólo busca que seas receptor acostumbrado a vivir como él quiere que vivas y no le importa que trabajes agotado, estresado como máquina generadora de dinero para mantenerte idiotizado y que no pienses. 

Las personas materialistas y especialmente los peces más grandes, lo que buscan es que todos los demás peces pequeños trabajen para que produzcan; pero que se gasten todo en lo que ellas les venden.

No les gusta la gente que es segura, que cree en sí misma, que es emisora activa porque a ellos les conviene que sea gente receptora pasiva y fácil de ser manipulada.

No les gusta la gente que evita al mundo consumista, y que, por el contrario,  busca crear y vender lo suyo, que ahorra su dinero para tener una casa propia, su propio negocio y una vida casera, tranquila y estable.

Les gusta más las personas gastonas, inseguras, inestables, callejeras, que reciben altas ganancias, sin importarles si son ilícitas, que ya perdieron todo pudor e identidad o que pueden motivar a que lo pierdan porque son personas que no soportan ni estar solas ni estar en su casa, a las que en su ansiedad y locura son más fáciles de convencer porque no piensan ni meditan y caen en cuanto fango se les pone por delante; que consumen más y compran cosas verdaderamente pasajeras que realmente no necesitan por las que pagan un montón de dinero y no les duran nada.

Por el contrario, a las personas que no les gusta dejarse llevar ni movilizar por masas  de negociantes que sólo promueven el consumismo no les gusta que le roben ni su paz ni su dinero en tonterías sin sentido porque se acostumbraron a ser libres y estar solos o con pocas personas alrededor ya no les gusta estar en medio de muchas personas y menos aún, cuando la gente sólo te habla y se te acerca por interés para presionarte a que les compres algo y a consumir los productos que ellos venden o que ellos mismos han elaborado.

Aunque la comparación nos resulte tosca, tenemos que reconocer que nosotros somos como un animal de costumbres ó que vive según las costumbres y tradiciones que otros nos enseñaron o que por nosotros mismos a través del tiempo hemos escogido y aprendido.

Quienes desde pequeños se acostumbraron a estar de vagos y nunca nadie los motivó u obligó a ayudar y trabajar, así siguen por el resto de su vida, a no ser que por la fuerza tengan que trabajar para sobrevivir. 

Quienes se acostumbraron a vivir con gente de un ambiente de burla, de mentiras, chismes y fanfarrería es muy probable que ha eso se sigan dedicando.

En otras palabras, SOMOS LO QUE NOS ACOSTUMBRAMOS A SER, HACER Y VIVIR ó como lo que otros nos acostumbraron y no habrá un cambio en nosotros hasta que no hagamos un alto voluntario u obligado en nuestro camino para meditar que estamos haciendo con nuestra vida y de quien estamos siendo servidores, ...sí de Dios y el bien, ó del Diablo y el mal.

Un cambio de vida en el que tengamos que empezar a desacostumbrarnos y desapegarnos de personas, lugares, cosas, y ambientes que nos estaban o están haciendo daño y que no sis dejaba ser, hacer, veré y ser libres completamente. 

Un cambio de vida en el que nos desacostumbremos ó desapeguemos de tradiciones y costumbres del mundo global para empezar a crear en independencia y libertad nuestro propio estilo particular de vida, en nuestro propio mundo individual porque Dios, nuestro creador, nos creó como una persona o un mundo particular e individual, valiente y capaz de tomar nuestras propias decisiones y escoger la vida que queremos vivir a nuestro propio paso, y no que cobardemente nos conformemos con la vida y el ritmo de vida, tradiciones y costumbres que otros nos quieren hacer vivir como si fuéramos sus monigotes o marionetas para ser manejados y utilizados por ellos.

Son demasiadas las tradicionales mentiras, costumbres y trampas que el mal ha utilizado para engañar a todos y robarles su libertad de elegir, de ser y hacer; y a todos aquellos que se quieren liberar de este patrón de vida mundano que se ha convertido en una cárcel para muchos, que los ha enfermado y hasta provocado su muerte ha hecho que el mundo y las personas mundanas, las vea como que son personas locas sólo porque se han salido de ese modelo mundano de vida materialista, consumista, lleno de pecado y corrupción y han escogido en libre albedrío vivir al estilo de vida de Cristo, su único modelo a seguir para poder desacostumbrarse, desapegarse y liberarse de las tradiciones y costumbres impuestas por el maligno para vivir de acuerdo al modelo de vida de Dios.

Tenemos que tener valor de desarraigarnos y apartarnos de todas esas personas hipócritas, malas, manipuladoras y controladoras que quieren imponernos por la fuerza costumbres erróneas que no agradan a Dios aunque esta gente espía y nos ponga en la mira y hablen mal de nosotros para que todos se nos aparten como si fuéramos un bicho raro.

Y créanme que cuando las personas del mundo consumista ven que nosotros con la ayuda de Dios nos descubrimos y que sabemos quienes somos, para que estamos en este mundo y cuál es nuestro propósito de vida, y que ya somos como nos acostumbramos a vivir por elección propia, gastando sólo en lo que realmente necesitamos, ellas mismas se apartan de nosotros porque saben que no pueden con nosotros porque hay algo o alguien más fuerte que ellos en y con nosotros que les impide manipularnos, manejarnos a su antojo, ni motivarnos ni hacernos gastar a como a ellas se les antoja.

En conclusión, si somos como nos acostumbramos a vivir por elección propia y  administramos con sabiduría nuestra vida, nuestro tiempo, nuestro dinero y todo lo que tenemos, sin malgastar en vanidades ni cosas malas ni innecesarias, podremos sobrevivir a cualquier ataque que el mundo y la gente materialista nos procure, que lo único que buscan es dejarnos sin nada para quedarse con lo nuestro.



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