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Escrito por Cira Arroyo Fuentes 04/07/2015 8:30 a.m.
La vida correcta se le está escapando a las personas de las manos, porque a quienes se les fue enseñada o heredada por los buenos ejemplos de sus antecesores, sean sus padres, abuelos, bisabuelos, familiares y amistades cobardemente se están quedando callados, sin hacer nada, aunque estén viendo más cada día como el mundo se va consumiendo en este sistema moderno de vida corrupto.
Muchas de estas personas que tienen un correcto vivir y que la vida le ha dado más oportunidades o más "Cuna de Oro" como base, para llevar su vida más fácil, en lugar de luchar por los demás se apartan, encerrándose en un camarín, para no mezclarse con gente más humilde que tiene menos recursos económicos, y se alejan más aún o totalmente de personas a las que consideran de clase social sumamente baja, que por vivir en extrema pobreza e ignorancia muchos incurren en negocios ilícitos para sobrevivir, como robar, venta y consumo de drogas, prostitución, y más, que poco a poco los va convirtiendo en personas promiscuas, viciosas y con pérdida de identidad.
Los de vida correcta se apartan para no mezclarse ni contaminarse y este es precisamente su gran error, porque ponen su confianza en lo que tienen y son, pero siempre están con el temor de que si tienen contacto con personas de más bajo nivel social que han tenido económicamente menos oportunidades que ellos, serán criticados y apartados por los miembros de su círculo.
Este sistema de vida egoísta es el que precisamente está cada día formando una brecha mayor entre los ricos y los pobres, en el que ambos están siendo perjudicados, porque el sistema de vida que Dios nos enseñó desde el principio de todos los tiempos es una forma de vida en unión e igualdad de los unos con los otros, en el que cada persona es un miembro que forma parte del cuerpo de Cristo, que activamente participa de forma equitativa en el bienestar de todo el cuerpo.
El deseo de Dios es que los que tienen más material o intelectualmente hablando no se acaparen todo para sí, sino que compartan lo que tienen y saben para que ayuden a los que tienen menos sea donando para organizaciones en pro del bien de los más necesitados o menos afortunados y que paguen salarios justos a quienes honestamente les trabajan para que estos puedan ganarse el pan de cada día, tengan un mejor estilo de vida y que a su vez les traspasen todo buen consejo y conocimiento que puedan para que estas personas también se eduquen, aprendan a ser mejores y así su vida se les haga más fácil.
Dios no nos creó para que andemos por el mundo jugando de vivos sino para que nos interrelacionemos y ayudemos unos con otros compartiendo los dones y talentos que cada uno en particular tenemos y así nos ayudemos todos como si viviéramos y fuéramos todos miembros de un solo cuerpo,...o sea MIEMBROS DE SU CUERPO, EL CUERPO DE CRISTO.
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