jueves, 27 de mayo de 2021

La envidia y el odio dañan a quién les padece

Escrito por  Cira Arroyo Fuentes.  28/05/2016.  08:15 p.m.

     La envidia corroe tanto a la gente que la padece, que al no poder tener el positivismo, autoestima o lo que otras personas tienen, sea coraje, espontaneidad, inteligencia, amabilidad, bienes, estudio, dones, belleza, oportunidades y más, se molestan tanto, que lo único que quieren es burlarse y hablar mal de las personas por detrás o a sus espaldas, para hacerles daño o denigrarlas y que dejen de ser y de realizar lo que están haciendo o a lo que se están dedicando o los sueldos y éxito que están logrando o alcanzando; pero al no poder dañarles se molestan y se apartan porque no soportan ver a quienes envidian bien y felices con sus triunfos, porque mientras puedan sembrarles cizaña y negatividad para echarles tierra y vean que sus malvados planes van surgiendo efecto, se quedan a su lado para estar vigilando como pueden destruir a esa persona, pero si no observan ningún avance en su plan y les pasan por las narices sus victorias, el odio y la envidia no les permite continuar a su lado y se alejan.

La gente que es así ni siquiera puede disimular sus malos sentimientos y deseos, y lo único que hacen es hablar mal detrás de las personas o en dónde puedan hacerlo, usando gestos y frases despectivas acerca de la persona que envidian o les cae mal.

Cuando ven a una persona con un cabello bonito o que anda vestida muy bonita, empiezan a murmurar por detrás, a decir cosas feas de ella, o a expresar en voz alta que tienen mucha calor, que como hará esa persona para tener su cabello así, que no le luce bien, que se le vería mejor de otro color, más corto o peinado de otra manera, que como hará para cuidarlo, lavarlo, que seguro se gasta una fortuna, es una persona vaga, que es una tontería y una locura el tener un cabello así, etc.

En fin son infinidad de comentarios, gestos y acciones con las que una persona hace denotar su gran envidia por otra/s; pero quienes tienen sabiduría y seguridad con Dios las esquivan, no les hacen caso o los ignoran y sólo se dejan llevar por comentarios positivos o simplemente por su gran sentimiento de autoestima, siguen a delante haciendo lo suyo y viviendo su vida y punto.

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