Por © Cira Arroyo Fuentes, 20/7/2023, 12:19 pm
Todos tenemos nuestros propios dones y talentos y si los ponemos en práctica y somos felices, el ganar dinero o no con ellos, si nos ayuda a vivir; pero no es lo más importante porque nuestra meta en la vida es usarlos al máximo para servirle a Dios, a los demás y por ende o contraparte a nosotros mismos.
Debemos perseverar con fe en nuestro propósito de vida para con Dios, pase lo que pase y amoldar nuestros dones y talentos para que estén de acuerdo con este propósito porque las bendiciones de Dios, cuando le servimos sin interés y con amor, siempre nos vienen por añadidura cuando menos pensamos.
Nunca debemos tirar la toalla porque ya no tenemos los recursos que teníamos antes para trabajar en nuestros proyectos, ni vemos reacciones inmediatas con todo lo que con Dios hacemos porque todo lo que nos da Él para dar, poco a poco van cumpliendo su propósito también por sí solo, así como una gota de agua va haciendo hueco en una piedra también.
En mi caso, al principio sólo escribía en cuadernos o cuánto papel me encontraba, luego me iba a escribir a los Café Internet, más adelante pude comprarme mi computadora y escribía sólo allí y lo guardaba todo en el disco duro porque no tenía Internet, luego pude tener Internet en mi casa y compartí todo lo que había escrito, después cuando pude comprarne un celular, alternaba escribiendo en ambos, luego se me dañó la computadora y como tenía garantía me la cambiaron por otra, ahora está obsoleta y lentísima, por eso desde hace mucho sólo venía escribiendo en mis teléfonos porque con el tiempo ya tenía tres, dos comprados y uno que me regaló mi hijo, ...ahora se me dañaron dos y sólo me quedó uno; pero pase lo que pase, si Dios me ayuda, nunca voy a tirar la toalla y seguiré escribiendo aunque sea sobre las piedras, sobre hojas o dónde sea; pero me moriré escribiendo, buscando ser mejor cada día con los recursos y bendiciones que Él me va dando y cumpliendo siempre mi propósito de vida porque sin Él, sin propósito y sin escribir, mi vida o mi existencia no tiene sentido para mí.
Todo me lo pueden quitar, robar o copiar; pero teniéndolo a Él , lo tengo todo porque Él es la fuente inagorable del saber que siempre me da y les da a quienes creemos en Él y le creemos, obras nuevas para alimentarnos, compartir y retroalimentarnos con ellas a través del tiempo.
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