Escrito por © Cira Arroyo Fuentes 19/02/2013 07:26 a.m.
Los verdaderos buenos amigos y amigas que uno tiene nos buscan, saludan, están y comparten momentos con nosotros por un cariño sincero y no por interés de vendernos algo u obtener algo a cambio.
Nos cuidan y no nos inducen a tomar, ni a fumar, ni a lugares vulgares e insanos, nos aconsejan todo lo bueno, lo que viene de Dios.
No buscan aprovecharse de nuestra soledad ni de nuestros momentos de debilidad o de tristeza para inducirnos a lo malo, por el contrario nos apoyan de manera desinteresada, aconsejándonos para que sigamos un buen camino en la vida.
Son fieles a nuestra amistad y no hablan mal ni chismean de nosotros a nuestra espalda con otras personas, ni aceptan o ponen atención para escuchar que les hablen mal de nosotros tampoco.
De verdad que a estas amistades verdaderas cuesta mucho encontrarlas y si tenemos esa bendición de tenerlas conservémoslas como un tesoro y si todavía no, por mientras aparecen, es mejor estar solo que mal acompañado.
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