miércoles, 2 de febrero de 2022

Cuidemos nuestro cuerpo y espíritu por nuestro propio bien


Por Cira Arroyo Fuentes, 02/02/2022, 11:22am

     Nuestro cuerpo es como un lienzo en blanco que recoge y graba todas nuestras vivencias sean buenas o malas porque los momentos que vivimos pasan pero las huellas y las secuelas las lleva o carga todas.

Nuestra piel, si no la cuidamos de rayarla, agujerearla, exponerla mucho al sol y al viento desmedidamente, a químicos dañinos y a comida chatarra que nos daña y engorda nos pasa la factura.

Nuestro cabello, asimismo, si lo exponemos al sol, al viento, a químicos de tintes, permanentes y estironazos también se daña y se cae.

Destruimos nuestro cuerpo por ignorancia, desobediencia ó dejarnos llevar por modas que atentan directamente a su transformación estética y física, sea rayándolo o tatuándolo o dibujando en él como si fuera un papel; ó cuando consumimos alcohol, drogas y llevamos una vida llena se libertinaje y corrupción.

El ambiente del mundo lleno de estrés por su ambición al materialismo, al poder y la fama con sus modas, comportamientos locos, corruptos y desenfrenados está destruyendo los cuerpos de muchas personas.

Nuestra carta de presentación, que es nuestro cuerpo, habla por sí sola porque hay daños físicos que le hacemos que son irreparables.

Daños que le hacemos cuando por rebeldía no hemos aceptado a Dios para que su Santo Espíritu nos gobierne, nos guíe y nos cuide tanto nuestro cuerpo como nuestro espíritu.

Es por esto que Dios en La Biblia nos habla tanto de que cuidemos nuestro cuerpo porque ya él nos lo hizo bello y que no debemos de rallarlo ni agujerearlo, ni marcarlo porque es El Templo de su Espíritu Santo.

Muchas personas sufren las consecuencias del daño que le causaron a su cuerpo por causa de la vida pasada que tuvieron o llevaron fuera por ignorancia o por desobediencia a Dios y ahora lo tienen tan marcado y destruido que les cuesta más conseguir un trabajo decente, una pareja buena y ser aceptados por personas de buena moral porque tienen que demostrar con hechos que cambiaron y son diferentes.

Por otra parte ninguna persona cuando conoce a alguien puede dejarse llevar por lo que aparenta el cuerpo de una persona, porque estas engañan y debe de conocerla más a fondo, en su espíritu porque es lo que realmente define si es buena persona o no.

Si bien Dios nos manda a cuidar nuestro cuerpo por nuestra salud y nuestro propio bien, para que tanto por fuera como por dentro se muestre bien, su apariencia no indica que una persona sea buena o mala porque hay cuerpos sanos, nítidos y preciosos que tienen un espíritu diabólico y malvado por dentro.






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