martes, 8 de octubre de 2019

DESCUBRAMOS NUESTRO PROPIO VALOR Y BELLEZA

Por © Cira Arroyo Fuentes   08/02/2017   12:27 a.m.

     La gente por no haber descubierto su propio valor y belleza, anda como desesperada, buscando el mejor lugar y persona en el mundo para vivir: Los hombres a la mujer más bonita, fiel, preparada, con dinero; y las mujeres viendo como conquistan al hombre más guapo, fiel, preparado y millonario.

Son hombres y mujeres inseguros que gastan mucho dinero aprendiendo al menos un poco el idioma y costumbres de lugares o países que quieren viajar, al considerarlos mejores, para ver si conocen a alguien que les guste para conquistarle.

Su afán de hallar, en otro lugar lejano, gente perfecta para compartir su vida, les hace olvidar que "no todo lo que brilla es oro"; que las personas de cualquier parte, al envejecer van perdiendo sus altos puestos, decayendo sus ganancias o salarios y la fortuna que hicieron si no la administran sabiamente, se les puede acabar pronto.

Las locas fantasías perfeccionistas y materialistas de la gente de mundo, tienen a un sin número de personas yendo de aquí para allá, y de allá para acá, buscando su media naranja soñada, dando vueltas como un trompo, tal si fueran marionetas, sin meditar en las enfermedades que pueden tener con esas personas hermosas y deslumbrantes que citan por buscar pareja, con belleza angelical por fuera, pero por dentro son lobos rapaces, materialistas que sólo quieren hacer fortuna con personas locales y extranjeros soñadores e inexpertos fáciles de engañar.

La gente ambiciosa, sea la bella por naturaleza o bella artificialmente, se aprovecha de cuanto ignorante y fantasioso se topa, dándole un rato o mucho tiempo de placer y compañía, siempre que tenga dinero, pero si ya no tiene "lo manda a freír churros" y se busca una nueva víctima con dinero otra vez.

Cierto el dicho, que "los vivos viven de los tontos", y más cierta "La Biblia", al advertirnos que nos cuidemos de personas engañosas y falsos profetas, que son lobos vestidos de ovejas, que parecen ángeles por fuera, pero por dentro son lobos rapaces que embaucan los incautos. Mateo 7:15 y 23:27.

La humanidad inconformista sólo busca belleza y perfección exterior por eso cae en trampas, pierde tiempo y se enreda en relaciones engañosas no duraderas, por no meditar que la mejor y mayor belleza es la interior, que pueden descubrirla por sí mismos con la ayuda de Dios.

Si cada uno es inteligente, se ama, tiene auto estima, cuida su cuerpo y descubre su propia belleza interior, cuidando su familia, su hogar, casa, vecindario y naturaleza que le rodea, se daría cuenta que no es el lugar del mundo donde vaya lo más bello, ni las personas que encuentre allí, las que le darán la verdadera felicidad, sino el mundo que se cree dondequiera que viva o esté, sea su casa, su pueblo, provincia o país.

Es admirable como lugares del mundo desiertos, son convertidos en sitios que atraen turistas de todo el mundo, por los paisajes artificiales preciosos que crean en ellos, porque sus habitantes los valoran y luchan como pueden con gran sabiduría, usando los pocos recursos naturales que tienen  para renovarlos.

Y es vergonzoso ver lugares con todo, frescos, con hermosa naturaleza, agua, árboles y animales donde los creadores de nuevos y masivos proyectos por ambición los destruyen y en lugar de plantar más árboles siguen cortando los que hay.

La Guácima, mi pueblo, siempre se ha distinguido por sus paisajes preciosos, sus celajes, su naturaleza y sus animales, pero poco a poco está cambiando drásticamente al irse poblando tanto, e ir creando en ella tanta actividad comercial que la está convirtiendo poco a poco en un lugar seco, lleno de construcciones por todas partes.

La humanidad ambiciosa aunque se crea la más inteligente, es la más ignorante, debido a que es como la polilla porque destruye la naturaleza por valorar más a las grandes ciudades encementadas, que a la fresca, colorida y hermosa naturaleza.

Nota: Nosotros no tenemos por qué viajar al último rincón del mundo para buscar belleza ni naturaleza porque ya la tenemos, pero lo que debemos de hacer es cuidar y crear bellos jardines con plantas y árboles frutales para mantener lo que nos queda y no permitir que nos quiten la paz que por tantos años hemos tenido.


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