Incertidumbre

Por Cira Arroyo Fuentes   09/10/2019   01:07 p.m

     Todo en la vida es una incertidumbre.

La incertidumbre de pensar al finalizar el día, al acostarte, de como vas a amanecer mañana.

La incertidumbre de no saber que es en lo primero que vas pensar al siguiente día al despertar.

Lo único cierto es que eso que sientes que te atrapa en esos últimos momentos al finalizar el día y te vuelve a atrapar en los primeros instantes del otro día, cuando recién abres tus ojos, es por lo que está latiendo fuerte y sediento tu corazón y todo tu ser, pero si ese sentir no depende sólo de ti, tienes que sujetarte fuerte con Dios para calmar tus deseos de salir corriendo a buscarlo, abrazarlo y entregarte por entero porque aún la puerta para llegar a eso que anhelas está cerrada y prohibida para ti.

Es doloroso sentirse libre, pero atado o reprimido a la vez, viviendo momentos de incertidumbre, por no poder fluir para poner a prueba lo que sentimos porque existe una barrera o límite que no se puede cruzar.

Saber que sólo podemos llenarnos y satisfacernos con una mínima parte de eso que sentimos, la que se nos es permitida, pero la otra tenemos que dejarla en espera porque ya no depende de nosotros.

Se siente un hueco, un vacío lleno de nostalgia que inunda nuestro ser, y una desesperanza indefinida, y tenemos que ser muy fuertes para poder animarnos con la ayuda de Dios, para empezar este nuevo día con fe en que este momento tan frágil que vivimos pasará y no lo tendremos que vivir por siempre.

Sólo nos consuela el rebobinar cada vez que podemos las vivencias que nos son permitidas porque  de antemano ya nos hemos creado un patrón de comportamiento en el que  sabemos llegar hasta el límite y no pasar de él.