Autora ©️ Cira Arroyo Fuentes, 28/12/2025, 1:09 p.m.
El mayor y verdadero éxito, el ahorro y la libertad financiera se consiguen cuando aprendemos a hacer las cosas por nosotros mismos; así nos ahorramos salarios, aguinaldos y prestaciones de empleados, tanto en nuestro hogar como en nuestros negocios, si los tenemos.
Incluso nos ahorramos el gimnasio al ejercitarnos realizando las tareas del hogar, el jardín, las compras y otras diligencias, más aún si caminamos o usamos la bicicleta para hacerlas.
Cuando hacemos todo por nuestra cuenta, entendemos realmente qué podemos tener y qué no. Mantenemos una vida simple, valorando y dando gracias a Dios por lo que poseemos.
No nos privamos de comprarnos ropa bonita, de comer algo rico ni de pasear dentro de nuestras posibilidades.
No somos mezquinos, como sí lo son aquellas personas que, por su ambición de ser ricas y acumular propiedades, viven como pobres aunque tengan mucho.
Ese dinero que les entra lo reinvierten todo porque nunca se sacian y siempre quieren más.
He visto con mis propios ojos a ricos que solo comen pan, café y un fresco de limón o mandarina, a pesar de tener autos lujosos, negocios y propiedades.
Los he visto salir del supermercado con el carrito casi vacío porque son tan tacaños que, por aparentar, se privan hasta de la comida.
He visto a ricos quedar en la ruina por pagar grandes sumas de dinero al buscar desesperadamente la cura de enfermedades que con el pasar de los años adquirieron por no haberse alimentado bien, por estar invirtiendo, ahorrando o acumulando dinero y bienes.
¡Qué clase de vida tienen, por Dios!
Sabemos que la tierra, el cielo y la naturaleza son simples, y podemos disfrutarlos al máximo incluso en el jardín de nuestra casa si lo mantenemos bello y con árboles. Con buenos árboles, césped, plantas y una fogata, basta con acostarnos sobre la hierba mirando al cielo para disfrutar de la energía del suelo y del firmamento, que en todo lugar es la misma.
No necesitamos una piscina si sabemos que será otro "dolor de cabeza".
No compramos tonterías sin sentido, sino solo lo necesario para vivir.
No adquirimos más bienes inmuebles ni objetos de los que podemos mantener.
Hay muchas personas que se llenan la boca diciendo que son exitosas porque tienen muchas posesiones, pero no tienen paz debido a la carga de cuidar y mantener tanto; al final, pierden su libertad.
Muchos de estos "dizque" exitosos terminan vendiendo los bienes que les sobran porque se cansan y no dan abasto.
Quienes tienen mansiones terminan vendiéndolas antes de que los gastos masivos de mantenimiento los dejen en la quiebra y a menudo muchos lerdos, por no dar su brazo a torcer, tardan en deshacerse de ellas y, cuando finalmente lo hacen, ya es tarde.
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