Recordemos que nuestro tiempo es oro. No tenemos que perderlo con personas y en lugares que no nos nutren, que no nos hacen crecer y que, por el contrario, nos roban la paz, nos meten en problemas y no nos aportan nada positivo.
Perder el tiempo así es como tirarlo a la basura. Es tiempo muerto que solo nos lleva a involucrarnos en chismes, calumnias y problemas. Quizás hasta a adentrarnos en vicios a los que no estamos acostumbrados.
Esto sucede porque si uno no hace lo que esas personas quieren, si no eres como ellas son, o si no practicas sus mismas creencias, te excluyen. Pero uno no tiene por qué convertirse a la manera de otros solo por darles gusto. A la única persona que tenemos que darle gusto en esta vida es a Dios.
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