martes, 15 de abril de 2025

¡Qué pobre es quien se cree rico!


Autora ©️Cira Arroyo Fuentes, 15/4/225, 8:30 am

     Hoy en día vivimos en una sociedad consumista y engañosa donde las tarjetas de crédito brillan por su presencia estratégicamente engañosa porque obligan a comprar contínuamente para lograr acumular los puntos que dan a favor que son una miseria comparada con lo que la gente se tiene que gastar para conseguirlos.

A los proveedores de Las tarjetas de crédito sólo les gusta mantener a la gente en la calle, moviéndose y consumiendo de un ladi a otro porque saben qué el dinero está en la calle y la gente en la calle quiera o no tiene que gastar porque como no está en su casa donde sí tiene todas las comodidades, tiene por fuerza que consumir para mantenerse cómodo, tener un techo y comida en toda parte que va y cuando ya no tiene dinero en efectivo entonces lo que hacen es acudir a las tarjeras de crédito y gastarse todo el dinero plástico al que tienen acceso también; pero después, si no pagan a tiempo, vienen y les cobran intereses altísimos que muchos al no poderlos pagar, les quitan todo lo que compraron con el dinero plástico y hasta lo que habían puesto como garantía de pago, sea su auto, casa, propiedades, etc, o sea, el patrimonio que tenían anteriormente, entonces las personas para no perderlo todo, tienen que declararse en quiebra o sea pierden un montón de cosas y pueden salvar apenas lo básico.

Ese es el engaño de las tarjetas de crédito, que les gusta tenerlos a todos moviéndose como marionetas consumistas gastando dinero a lo loco en la calle y gastando el dinero plástico que después les van a cobrar con creces.

Al tener tarjetas de crédito, se tiene la complicación de tenerlas siempre activas, comprando aquí y allá, o sea, siendo un comprador consumista empedernido sin descanso, obligándole estratégicamente a  mantenerse siempre estresado, pensando en que tienen que pagar todo lo que compraron con las tarjetas al contado mensualmente porque si no lo hacen, les suben los intereses y no pueden eximirse de pagar la cuota anual si no compran bastante.

Quien quiere ser más rico cada vez y llenarse la boca humillando a otros por tener menos porque así se siente más, sólo es digno de lástima, por eso Dios dice muy claro en su palabra esto:

Eclesiastés 5: 10-15 

El que ama el dinero, siempre quiere más; el que ama las riquezas, nunca cree tener bastante.

Esto es también vana ilusión porque mientras más se tiene, más se gasta.

Proverbios 13:7-11

Hay quien pretende ser rico y no tiene nada; hay quien parece ser pobre y todo lo tiene. Con su riqueza el rico pone a salvo su vida; pero al pobre no hay quien lo reprenda. La luz delos justos brilla radiante; pero los malvados son como lámpara apagada.

El orgullo sólo genera contienda; pero la sabiduría  está con quienes oyen consejos. El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece.


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