Esta vida hay que saber llevarla, y pasar mi tiempo inventando algo me encanta.
Cuando estoy frente a una cámara, como cuando me tomaron esta foto, se me ocurre cada idea para divertirme porque amo las fotos y verlas al tiempo.
Las fotos nos dan sorpresas y nos realzan nuestra autoestima.
Gozamos porque en unas quedamos tan feos que nos dan ganas de salir corriendo, romperlas o "borrarlas del mapa" de inmediato, pero siempre hay algunas con las que nos sentimos contentos, como si fuéramos la última maravilla del mundo y de verdad que nos la creemos y damos a conocer con gran satisfacción.
Lo importante es sentirnos siempre bien, amarnos, expresarnos, no tener temor de ser nosotros mismos así tal como somos.
Todos somos bellos, linaje escogido de Dios, nación Santa, perla preciosa y no tenemos por que ocultar nuestros defectos.
No debemos temer de ser naturales y no tenemos que maquillarnos al extremo ni marcarnos con tatuajes ni romper nuestro cuerpo con agujeros o piercings con aretes por todas partes, ni de andar semidesnudos, ni haciendo poses provocativas sólo para llamar la atención porque nuestro cuerpo es el Templo del Espíritu Santo, debemos cuidarlo y saber comportarnos.
En esta foto me divertí jugando con mi cabello y haciendo travesuras porque quiero reír expontáneamente, disfrutando y viviendo al máximo ese y todo momento de mi vida, a cualquier edad porque la juventud la llevo por dentro y seguiré siendo así hasta que Dios me de vida.
De mis padres y familiares aprendí el tener alta autoestima y esta coquetería.
Aprendí que el tener estabilidad, personalidad, carácter firme, respetar y demandar respeto, y buscar tanto el orden físico como el espiriritual en mi vida y el ambiente que me rodea proviene de Dios.
Que Él me ha dado la libertad de decidir y de escoger tanto el ambiente de mi casa de mi vida y del que me rodeo.
Que mi independencia, mi felicidad, mi paz y mi salud mental, física y espíritual depende de mi y que no tengo que permitir que nadie me robe este tesoro tan preciado que por gracia me ha dado Dios.
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