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Escrito por © Cira Arroyo Fuentes 12/04/2015 12:14 a.m.
A la a niñez y juventud de hoy día le urge obedecer y respetar en primer lugar a Dios, a sus padres, tutores y toda persona de autoridad que quiera guiarlos por un buen camino. Le hace falta humildad para dejarse gobernar por Dios, porque con el carácter de Él aprenden autocontrol y disciplina para saber darle un buen curso a su vida, pero lastimosamente son muchos los que por desobediencia se están revelando contra sus padres, tutores y personas de autoridad y se están perdiendo por dejarse llevar por malas amistades mundanas.
Debido a su rebeldía están viviendo como en una nube no sabiendo administrar bien su tiempo por tanto bombardeo tecnológico y publicitario que están pasando. Pierden muchas horas sumergidos en cuánta máquina tienen acceso, vagueando o simplemente y después pretenden que otros les tengan listo todo lo que necesitan.
Si los mayores les manda a hacer algo, puede estar todo super desordenado, como si una bomba atómica hubiera caído en la casa, que a ellos poco les importa y se piensan que los demás tienen la obligación de hacerles todo como si fueran sus empleados, escusándose en que si los trajeron al mundo tienen que mantenerlos y soportarlos tal como son, porque ellos diseque no pidieron nacer.
No aflojan por nada el celular, ni la TV, ni cualquier otro aparato electrónico que tengan, y se la pasan haciéndole la vida imposible a los otros que conviven con ellos en el hogar.
Son cada día más materialistas y nunca se sacian con lo que tienen, porque siempre quieren más. Aunque tengan su ropero saturado de ropa, zapatos y cuanta chunchería puedan, todo el tiempo se la pasan exigiendo que les compren más.
Pueden ver la despensa con muchas cosas para hacer, pero por pereza prefieren no comerlas por no cocinarlas y sólo escogen comerse lo que les resulta más fácil de hacer o ya viene listo.
Sólo se la pasan tomándose fotos sea solos o con sus amistades "haciendo feo ", como dicen ahora ellos y pueden ver que otros estén apurados limpiando, cocinando o realizando cualquier labor en el hogar que no les nace ofrecer su ayuda, se comportan como ciegos y se hacen los locos para no colaborar.
Pierden el tiempo paseando solos o con sus amistades, y hablando con todo el mundo por su celular o en las redes sociales y luego andan corriendo como desesperados para terminar a tiempo las tareas de su estudio y preparándose a la carrera para los exámenes.
Por perder tanto el tiempo y tener luego que correr tanto se llenan de estrés y después se la pasan buscando apurar a otros para que los ayuden a salir de sus aprietos. Si no les da tiempo tiempo para terminar sus tareas escolares y salen mal en sus exámenes culpan a los demás de sus errores y les hacen la vida imposible.
En lugar de darle gracias a Dios por todo lo que poseen, viven alegando y buscándole defectos a todo, por eso sería muy bueno que vieran de cerca a la gente del mundo que de verdad si está pasando pobreza y calamidades para que aprendan a valorar más lo que tienen.
A todo lo que compran no lo cuidan, por lo que pronto lo ven feo, viejo, pasado de moda y rápido quieren vendérselo a otra persona, regalarlo o romperlo para botarlo, por hacer creer que ya no tienen nada y que corran a comprarle lo que es está de moda.
Se la pasan todos estresados, incómodos, amargados y llorando diciendo que ellos nunca tienen nada, en lugar de darle gracias a Dios por tantas cosas que tienen que muchos en el mundo se lo desean.
Hasta tanto no cambien de actitud seguirán siempre en lo mismo, pero si hacen un alto con Dios en su camino para ser disciplinados, realizar con tiempo todas las cosas y colaborar para que se mantenga el orden en el hogar su vida se les hará más pacífica y placentera, haciendo que los otros miembros de la casa se sientan cómodos, en paz y felices también al realizar todos juntos, como un equipo todas las labores diarias en el el hogar.
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