Todos los días sale el sol para todos; pero no todos lo aprovechan igual y no todos saben aprovecharlo con sabiduría.
Unos nunca se exponen a él y se enferman y se mueren por eso, otros se exponen de vez en cuando y van sobreviviendo, otros reciben sol un rato todos los días y se mantienen saludables y moderadamente activos, otros disfrutan lo más que pueden varias veces en las horas más recomendadas y son muy activos; pero otros se exponen tanto a él sin ningún cuidado a toda hora del día todo el tiempo y son tan exageradamente activos bajo el sol, que se queman, se enferman y hasta se mueren antes de tiempo por abusar tanto de él.
Asimismo como la luz del sol es la luz que alumbra el desarrollo intelectual y físico de las personas porque unas quieren usar esta luz para alumbrar su cerebro; pero por algún problema económico o de salud su cerebro no les da para alumbrar y alcanzar lo que quieren, otras usan su cerebro sabia y moderadamente y alcanzan lo que sueñan y tienen tiempo para dedicarse a sí mismos, a su familia y amistades; pero otras lo sobreusan tanto por lograr abarcar o alcanzar tantas cosas a la vez, para aprender varias carreras, varios idiomas, tener un gran título o varios para tener una gran profesión o hasta varias, desempeñando varios trabajos para tener mucho dinero, fama y poder, que su ocupada vida les consume y les deja sin tiempo ni para dedicarle a Dios, dedicarse a sí mismos ni para dedicarle a nada ni nadie más.
Asimismo otras se dedican tanto adictivamente sólo a estudiar toda la vida que se adormecen viviendo así y nunca trabajan ni se desarrollan activamente en ninguna profesión; pero otras; por el contrario, se dedican adictivamente a sólo trabajar que dejan de lado el seguir estudiando y no se preparan más.
De igual manera el desarrollo físico en todas las personas es distinto y depende de como lo lleven a cabo, si se ejercitan moderada y sabiamente se embellecen y se ponen saludables; pero si por el contrario se ejercitan adictiva y exageradamente su masa corporal, sus músculos y sus venas se les crecen tanto que se afean y destruyen como si fueran bombas de tiempo a punto de explotar.
En conclusión, todos los días sale el sol para que todos nos desarrollemos; pero debemos saber vivir y usarlo con sabiduría, programando correctamente las actividades que hacemos bajo él adecuadamente en las mejores horas del día para realizarlas, exponiéndonos a recibir el sol en las horas que más nos conviene para mantenernos bellos, saludables, activos, productivos y que nos alcance el tiempo bajo el sol para dedicarnos a Dios, a nosotros mismos, a nuestra familia, a nuestras amistades, a nuestro trabajo y demás labores o actividades diarias.