Por © Cira Arroyo Fuentes 13/1/2023 12:01 pm
Tener presencia activa dentro de determinada clase social, en especial de la alta, para codearse y hacer negocios con "los grandes", requiere de mucho esfuerzo, mucho gasto económico y mucha hipocresía para convencer y para alardear también.
Requiere de muchas horas de ejercicio, de operaciónes estéticas o cirugías plásticas caras y muchas de ellas peligrosas, para convertirse poco a poco en una persona diferente, plástica y falsa.
Son muchas las horas de sueño diurno y nocturno que se pierden al involucrarse de lleno en esa vida en la que hay tantos compromisos para hacerse presentes en la sociedad sea para codearse con gente para hacer negocios, para alcanzar fama, mantenerla o por no quedar en el olvido.
Estar presente y a la altura de la sociedad es totalmente sacrificable porque se tiene que llevar una vida muy acelerada, llena de actividades y compromisos que demandan mucho esfuerzo y suben la adrenalina y el estrés a las personas, por tener que perder muchos momentos de sueño natural y tener después, forzadamente, que provocar muchos momentos de sueño artificial para dormir, en fin, un desbarajuste total que no les permite dormir en las horas de sueño normal que afecta su salud, que pronto les pasa la factura al estar tomando drogas para no dormirse cuando tienen sueño natural y drogas para dormir cuando están naturalmente despiertos.
Tomar pastillas para no dormirse cuando tienen que atender compromisos y tomar pastillas para obligarse a dormir cuando les queda algún espacio libre en su ocupada agenda o pastillas e inyecciones para quitarse dolores y resfriados rápidanente, por no perder viajes, actividases sociales, compromisos y horas de trabajo.
La vida social es muy demandante, completamente ajetreada y requiere de mucha inversión en tiempo, en modas, maquillaje, ética, pastillas para no dormirse, drogas y bebidas energéticas para mostrarse fuerte y activo, etc, por mostrar a todos una cara o faceta fresca y natural; pero en muchos casos una cara y un cuerpo ausente que hace parecer que está en el presente; pero que en realidad, en estado sobrio no está por estar drogada o llena de hipocresía, para estar estar a la altura ficticia de los demás, que, una vez ebrios o drogados, o cuando llegan a sus casas ya extremamente cansados, sacan su verdadera cara y su verdadera personalidad llena de miseria, debilidades y temores a la luz porque esa mezcla que hicieron de pastillas, bebidas alcohólicas y drogas ataca su cuerpo c9n reacciones extrañas y en mucjos casos de locura.
Cada vez más, vemos como mueren muy jóvenes personas sumanente sumergidas y adictas a la vida social: como cantantes, artistas, empresarios, escritores famosos, etc y da mucho que pensar, de que sea su estilo ajetreado de vida, acompañado de mos excesos en bebidas, drogas lícitas e ilícitas, la bomba que explota en su cuerpo causándoles enfermedades y muerte.
Estas personas tienen tanto trabajo exhausto y tantos compromisos, que no tienen tiempo para obedecer al cuerpo y descanzar de forma natural ni de trabajar y disfrutar en las horas en que su cuerpo está natural y sanamente despierto.
Andan despiertos en horas que deberían estar dormidos y duermen en horas en que deberían estar despiertos; pero ni siquiera esto lo hacen de manera natural porque el cuerpo se los pida sino que lo obligan a dormir cuando ellos quieren o a estar despiertos cuando ellos quieren también, por eso vemos a tantas personas que caminan como robots con los ojos abiertos; pero en realidad están dormidos o que parecen dormir; pero no lo están del todo.
En otras palabras, estas personas no obedecen al estadi natural del cuerpo sino que ellos mandan al cuerpo, por eso sufren tantas enfermedades y accidentes de tránsito.
En conclusión, la sociedad y el materialismo del mundo, junto con la ambición desmedida al poder, al dinero y a la fama, juegan con los cuerpos, las mentes, los sentimientos de las personas y sus vivencias porque no las dejan ser y hacer en su estado natural debido a que no les alcanza ya el tiempo y tienen que obligar a su cuerpo artificialmente, por medio de drogas lícitas o no, a cumplir sus innumerables compromisos que demanda su carrera y sus negocios, que las obligan a ser y estar presentes en conferencias, eventos sociales, etc, que las esclavizan en una vida completamente ajetreada y sin descanso que las destruye antes de la hora.