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miércoles, 11 de mayo de 2022
Madre sólo hay una
Lo hacen porque ella con la autoridad que Dios le ha dado como madre, no les permite que se subleven sobre ella ni le falten el respeto; por eso algunos hijos por su rebeldía le cogen odio, rencor, o desamor y falta de perdón que tienen hacia ella por no querer aceptar que les discipline, lo que les llena de un enfermizo orgullo, y nunca le dan su lugar.
Y ni por más que ella se esmere, algunos hijos nunca la aceptan tal como es, y se pasan toda la vida buscando madres para sustituirla, y de esto se aprovechan muchas, que quieren ganarse hijos que no son suyos, aunque para conseguirlo tengan que hablar mal de la verdadera madre que ni siquiera conocen.
Luego los hijos al sentirsen solos, se refugian en madres postizas o se hacen de amistades, que si no saben escogerlas les echan a perder, al inmiscuirles en vicios y malas costumbres.
Algunos hijos para los que siempre cuando pequeños o en la adolescencia su madre siempre fue para ellos una mala madre, sólo la valoran cuando ya han crecido y ven que pueden salir adelante y vivir con independencia gracias a sus enseñanzas.
Es por esto que todos los hijos deben siempre valorar y comprender a la madre cuando está viva, y si los hijos tienen que ser humildes y arrepentirse de algo y pedirle perdón, que lo hagan mientras esté viva, para que no se pongan con sentimentalismos ni arrepentimientos después cuando ya no la tengan que ya es muy tarde.
Cuando me tumbe el sueño
Después de lograr
exitosamente acostarme a las 11:00 pm, recostando mi cabeza sobre mi almohada,
abrazándola, acurrucándome en ella y poniendo otra almohada más grande entre o en medio de mis piernas para proteger mi cadera, con la postura de bebé, que es mi preferida como siempre,
no pude conciliar el sueño hasta media hora después por causa del bullicio que
había en la casa vecina.
Recién me había dormido, aproximadamente dos horas, cuando de
pronto la calor guacimeña con la ayuda de mi pantalón de sudar que erróneamente
me puse, más las cobijas que usé encima para abrigarme me despertaron.
De inmediato, como siempre, me dieron ganas de ir al baño y
cuando regresé a acostarme a mi cama, no pude conciliar mi sueño de nuevo y de pronto empecé como en una película a traer a mi mente viejas imágenes y vivencias pensando nostálgicamente en mi pasado tan trájicamente enredado, traté
de dormir; pero no pude, y como no me gusta desperdiciar mi tiempo como tonta
sonámbula en cosas negativas a oscuras e⁹n la cama, me levanté, encendí la luz, fui a la cocina a
tomar agua y de pronto se me ocurrió la idea de escribir.
Como no quería
escribir en mi celular como hace mucho tiempo vengo haciéndolo, se me ocurrió
la idea de traerme la mesa multiusos del centro de la sala, la
trasladé para mi cuarto y bajé mi computadora que tenía encima de mi ropero
porque la estaba usando sólo como TV para ver películas, la puse encima de la
mesita, me hice un té negro con leche en polvo y ¡cataplúm! aterricé a
escribir.
Aquí estoy confortablemente tomándome mi tesito, escribiendo
y fluyendo como siempre, tratando de que me den deseos de dormir a las 3:54 am;
pero haciendo algo por mientras tanto porque como amo escribir en la
computadora paso la vida mejor hasta que me tumbe un sueño profundo a la cama
de nuevo.
Me levanté de mi silla para hacerme otra bebida de repela
usando la misma bolsita de mi te anterior, para acabar de sacarle provecho y
botar solo la broza, escuché el canto madrugador de los pajaritos y aún no me
da sueño; pero no me preocupo porque mañana, es decir hoy 11 de mayo del 2022
es otro día y sé que haciendo algo por mientras me canso y me duermo paso mi
vida mejor,… cuando me tumbe el sueño…
sábado, 7 de mayo de 2022
martes, 3 de mayo de 2022
Ambiente nocivo vs ambiente sano
Un ambiente se denota que se torna nocivo cuando en un lugar hay conversaciones de personas en grupo en que se resaltan las malas intenciones de unos para con otros.
Donde se empiezan a unir unos a otros por formar grupos para confabularse o ponerse de acuerdo en dañar a alguien o a otros.
Donde se ve quienes continuamente están buscando por orgullo, envidia, odio o lo que sea, tomar a otros como conejillos de indias para burlarse de ellos, desprestigiarlos y ponerlos en mal ante todos.
Cuando unos empiezan a tocar temas desagradables con la intención de afear, calentar o cargar negativamente el ambiente, para que otros empiecen a comentar sobre eso y después culparlos de que fueron ellos quienes empezaron a hablar de eso, provocándolos, tirando piedras y escondiendo la mano para que los otros reaccionen con enojo y después culparlos de todo.
Peor aún es cuando la malicia sexual se hace también presente y evidente, que se echa de ver o se denota lo espiritualmente enfermas o morbosas que están por dentro algunas personas que buscan tratar a otras igual que a las personas que suelen relacionarse y que aceptan todo.
Se evidencia también la egolatría con el enfermizo comportamiento de superioridad y perfección que unos están sedientos por mostrar o destacar, siempre usando a otros para criticarlos, humillarlos y atacarlos constantemente para así resaltarse a sí mismos.
Cuando se ven ambientes nocivos así, se hace más que obvio que a la gente atacada o a la que tratan de perjudicar, sólo le dan deseos de salir corriendo para irse de esos lugares porque por más que se esfuerzan por mantener el dominio propio y la paz, a leguas se ve que ellas perciben o sienten que no le son bienvenidas a las otras y por eso aunque las otras personas se disimulen, las personas afectadas echan de ver que hacen de todo para no estar o no codearse con ellas.
Un ambiente sano es muy distinto y existe cuando en una reunión de personas se comparte con igualdad, respeto mutuo y no se ve que nadie esté tratando de serrucharle el piso a otros para hacerles sentir mal de alguna manera.
Una reunión sana con un ambiente sano en donde todos participan equitativamente, se nutren con sus conocimientos, ríen y disfrutan del momento sin nada nocivo que opaque el ambiente.
En resúmen, en un ambiente salen a la luz los verdaderos sentimientos y las intenciones que cada persona que participa en una reunión tiene en su corazón para con cada una de las otras personas.
viernes, 29 de abril de 2022
Alcahuetear a los demás es echarse un luto de por vida
Por © Cira Arroyo Fuentes, 29/4/2022, 7:36 PM
Cuando la vida nos da un golpe bajo con alguna enfermedad o algún impedimento y nos hace parar el ritmo de vida que estamos llevando, es cuando nos damos cuenta, por la fuerza, de que nunca es tarde para cambiar nuestras costumbres y las reglas del hogar, para empezar a enseñar y delegar responsabilidades en los demás, sepan hacer las labores o no, por eso para evitar caer en un caos así, en que los demás le reclamen a uno que como van a hacer esto o aquello porque ellos no saben o que no pueden, lo correcto es enseñarles responsabilidades bien temprano en su vida y cuánto antes mejor.
Ninguna persona debe acostumbrar a los demás a hacerles y resolverles todo, debido a que es un problema gravísimo que se acrecenta con el pasar del tiempo porque nadie puede por toda la vida hacer esto ya que es imposible.
Lo que se debe de hacer es enseñar a cada persona a que aprenda a hacer todas sus cosas por sí misma y a resolver sus problemas, para que así esa persona sea independiente, sin tener que depender de nadie y en cadena le enseñe y delegue responsabilidades a sus hijos y a otras personas también.
Mucho se escucha ahora que culpan a los niños y a los jóvenes de no querer cuidar de sus padres; pero deberíamos de ponernos a razonar o pensar quienes son los verdaderos culpables en este asunto, por ser tan alcahuetas, que son los padres, abuelos y familiares, que mimaron tanto a algunos miembros de su familia haciéndoles todo, que no los enseñaron a esforzarse ni a ser independientes.
Estas personas alcahuetas lo que crearon fueron unos irresponsables buenos para nada, dependientes de los demás, quienes sólo desperdician sus vidas.
Lo peor es que al no haber habido quien les enseñara y los pusiera en su lugar, estas personas siguen siendo unas irresponsables echándole sus cargas a los demás.
A los hijos que tienen se los traen a sus parientes para que se los cuiden, siguen teniendo más hijos y trayéndoselos con el disque cuento de que ellos trabajan y no tienen quien se los vea; pero esto jamás justifica semejante irreponsabilidad porque cada quien tiene que hacerse responsable tanto de si mismo, como de a quien o quienes engendra y trae al mundo y no los demás.
Los padres, abuelos y familiares que dejan a rienda suelta que miembros de la familia hagan loco, anden de vagos, en vicios y en una pura fiesta son unos alcahuetas que dejan a sus hijos engendrar irresponsablemente hijos a la libre y luego permiten que le carguen a sus hijos para que se los vean y mantengan. Esto les sucede por no poner desde el principio orden y reglas en el hogar para que cada uno se haga responsable de lo suyo y sea independiente.
Mal acostumbrar o alcahuetear a los demás a que uno es la vaca que les da la leche; que les hace y resuelve todo, es echarse encima muchos dolores de cabeza futuros, que, en resúmen, es echarse un luto o una mordaza por el resto de la vida porque las personas a las que creíamos dependendientes lo serán por toda la vida, nunca se irán de la casa y nunca van a tener valor de hacer nada por sí mismos y lo más duro les sobrevendrá cuando ya no este la vaca que siempre les dio la leche o quién los mantenía, les daba techo y más.
Dios no hace lo que podemos hacer
Dios no hace por nosotros lo que nosotros podemos hacer. Él nos dio los sentidos para que veamos lo que es bueno y lo que es malo.
Muchas personas, y me incluyo, creemos que podemos hacer todo lo que se nos antoja: como hacer ejercicios hasta quemarnos, comer a lo bruto, andar en la calle a las hora que se nos antoje, alzar peso hasta reventarnos, etc.
Buscamos montones de peligros sin necesidad y cuando nos enojamos, cojemos más fuerzas que un camello, fuerzas a las que darle rienda suelta a lo bruto en un momento de cólera o una malacrianza, nos pueden causar mucho daño a nuestro cuerpo.
Por cuántos esfuerzos hasta explotar exponemos a nuestro cuerpo como si fuera un caballo de fuerza o una mula de carga porque pensamos que nuestro cuerpo todo lo puede, todo lo aguanta y no tiene límites, por las ideas erróneas que el mundo nos ha inculcado, como de "que querer es poder", etc; pero hasta cuando podremos seguir en este estilo o ritmo de vida quemador de huesos y después cuando nos enfermamos empezamos a pedirle a Dios que haga milagros en nosotros para que recuperemos nuestra salud; después del exagerado y bestial ezfuerzo al que hemos sometido a nuestro cuerpo.
Buscamos peligros y adrenalina sin necesidad, todo para demostrarle a los demás lo carga que somos, ... que somos un super hombre o una super mujer incomparable y duro/a como una piedra que lo aguanta todo.
No hay que ser tan tonto y desgastar nuestro cuerpo de esta manera sin necesidad.
Ahora está la gran moda de que todo el mundo se la pasa en el gimnacio, haciendo y haciendo ejercicio incansablemente, y todos se ponen a hacer como monigotes lo que los instructores les dicen; pero acaso ellos son doctores, para saber el estado del cuerpo de cada persona.
Como va cada persona a compararse y matarse por tener rápido su cuerpo igual o mejor que alguien.
Les prometen milagros en su figura; pero la matada se la tiene que dar la persona y las consecuencias por sus exagerados esfuerzos también.
Nosotros sómos los responsables de cuidarnos, medirnos en los esfuerzos que hacemos y no podemos como monigotes dejar que otros nos manejen a su antojo, ni que hagan con nosotros lo que quieran, sólo por sacarnos dinero o usarnos como un número más que les genera ganancias, porque después, si nos enfermamos, a ellos poco les va a importar lo que nos pase, y no no van a venir a darnos nada para que nos ayudemos con los gastos de recuperación, si es que el daño que nos hemos hecho es reparable y podemos recuperarnos y curarnos.
Hay muchas personas que son demasiado valientes, trabajadoras y activas, por ser así se trabajan o esfuerzan más de la cuenta y aguantan dolores, no se miden, no le ponen atención a las señales que les manda el cuerpo para que se cuiden y cuando menos se percatan su cuerpo les manda un fuerte hasta aquí llegaste, con graves consecuencias en su cuerpo, que requieren hasta de operaciones peligrosas para poder reponerse y por lo menos caminar y hacer los movimientos y las labores más sencillas.
Seamos precabidos, no nos sobrecarguemos con labores y deleguémoslas a otros, tampoco nos sobreejercitemos porque los únicos perjudicados somos nosotros.