martes, 23 de octubre de 2018

Cada obra nueva es un reto para el creador


  © Cira Arroyo Fuentes   23/10/2018   02:03 p.m. 

     Tener la capacidad de crear algo de la nada o que vagamente se nos manifiesta como caído del cielo, sea en el pensamiento o de manera casual y darle vida, es un don que Dios, El Ser Supremo, ó como quieran llamarle, otorga a quienes le creen y se ponen a trabajar con fe en ello, tomando en cuenta como buen observador la esencia primordial de lo que se visualiza por  tener un punto de partida para desarrollar su creación.

Cada obra nueva es un reto para el creador, porque debe de ver siempre más allá de lo que tiene al frente, soñar, y poder imaginar el resultado final de lo que puede hacer con sus manos, su trato y el toque de Dios.

Quien ama crear sabe que no puede asustarse ni salir corriendo a la primera impresión que tenga de las cosas, sino que tiene que ser valiente para afrontarlas teniendo bien claro que todo lo que ya está terminado, bonito y que brilla esplendorosamente ya tiene dueño y como a este le costó lo va a pelear con creces, pero siempre, si le pedimos a Dios, Él nos va a dar la capacidad de discernir en que momento nos pone al frente algo o alguien que vale oro y que en nosotros está la virtud de descubrirlo, cuidarlo con amor, paciencia y tolerancia para que brille y atesorarlo en nuestra vida.


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